Hay ciertos pasajes bíblicos que uno ha citado de memoria desde la niñez, a veces sin conocer donde se encuentran en la biblia. En realidad, es muy buena práctica para el crecimiento cristiano memorizar versos bíblicos.
Hay muchas personas que piensan que es casi imposible memorizar quince, cincuenta o cien versículos. Permíteme ser un poco dogmático, ¡están equivocados! Todos pueden memorizar versículos, la cuestión es que no todos quieren hacerlo. Todos los seres humanos tenemos miles de nombres, frases y números almacenados en nuestra mente. Nuestro problema no es la falta de capacidad para almacenar información, nuestro problema es falta de deseo de almacenar cierta información.
La única manera de memorizar versículos efectivamente es, por un lado, encontrando una buena motivación para hacerlo, y por el otro, repitiendo los versículos tantas veces como podamos. Esto hará que nos familiaricemos con ellos y que se nos graben para siempre.
Pues bien, si lo que necesitamos es motivación, permítenos darte una lista de buenas razones para memorizar versículos:
“Grabad, pues, estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma; atadlas como señal en vuestra mano, y serán por insignias entre vuestros ojos.” (Deuteronomio 11:18) “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros...” (Colosenses 3:16)
2. Porque Jesucristo, nuestro modelo, memorizó versículos.
¿Cómo sé esto? Simple. Hay 1934 versículos atribuidos a Cristo en el Nuevo Testamento. 179 de éstos son citas del Antiguo testamento. ¡Casi un 10% de lo que Jesús dijo fueron citas de memoria de la Biblia! Si fue importante para Él, ¿debería ser importante para nosotros?
3. Porque son imprescindibles para evangelizar.
¿Cómo hago para mostrarle a una persona a través de la Biblia cómo puede llegar a conocer a Cristo si no puedo ubicar los versículos de memoria? ¡Imposible! ¿De qué manera puedo decirle a un no creyente que la paga del pecado es la muerte si no sé dónde queda el pasaje que afirma esto?
4. Porque nos dan autoridad para clamar en oración las promesas de Dios.
Si lees la Biblia con detenimiento encontrarás que está llena de promesas. “Clama a mí y yo te responderé.” (Jeremías 33:3) “Pedid y recibiréis.” (Juan 16:24) “Pídeme, y te daré por herencia las naciones.” (Salmo 2:8) “Pedid todo lo que queráis y os será hecho.” (Juan 15:17) “Si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él no oye.” (1 Juan 5:14) Como diría Martín Lutero: “Dios se ha atado a sí mismo a sus promesas.” Si esto es cierto, ¡aprovechémonos!. Al orar debemos recordarle a Dios lo que Él mismo ha dicho en su Palabra. Cuando estemos intercediendo por un no cristiano, podemos decirle: “Señor, en 1 Timoteo 2:4 dice que tú quieres que todos los hombres sean salvos. Muy bien. Ahora yo te pido, de acuerdo con lo que tú mismo has dicho en tu Palabra, que Fulanito llegue a ser salvo.” Cuando oramos las promesas de Dios, ¡debemos saber que podemos esperar una respuesta! Por otra parte, los versículos memorizados también enriquecen notablemente nuestra oración. Casi cada pasaje puede transformarse en un motivo de petición, de adoración, o de acción de gracias.
5. Porque nos equipan para aconsejar a otros.
Cualquier consejero cristiano puede decirte que lo mejor que puedes hacer para aconsejar a otros es tener guardado un arsenal de versículos en tu mente. No existe mejor biblioteca que tu cerebro. Dijo Jesús: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.” (Juan 14:26) Nota bien que la función del Espíritu es recordarnos (no dictarnos) las palabras de Cristo. Exponer a la persona a la Palabra no solo le permite encontrar por sí misma la verdad, sino que también la entusiasma para volver a ella en busca de nuevas respuestas. Como alguien dijo una vez: “La mejor forma de alentar a una persona a leer la Biblia es respondiendo sus preguntas con la Biblia.”
6. Porque nos ayudan a resistir las tentaciones en nuestra vida diaria.
¿Recuerdas las tentaciones de Jesús? ¿Recuerdas de qué manera le hizo frente a Satanás? Las tres veces le respondió de la misma manera: "Escrito está..." En otras palabras, ¡Jesús lo venció citando de memoria tres pasajes del Antiguo Testamento! Apenas pueda suceder alguna situación de tentación en nuestras vidas, podemos repetir para nosotros mismos el versículo siguiente: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de los que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” (1 Corintios 10:13) ¿Cómo podremos hacer esto si no tenemos el versículo almacenado en nuestra mente?
7. Porque nos ayudan a mantener puros nuestros pensamientos.
Una de las conversaciones más frecuentes que mantienen los cristianos sinceros que quieren llevar una vida de santidad es su lucha con las imágenes “podridas”. ¡Todos tenemos este problema! Nuestra mente tiene almacenados cientos de pensamientos e imágenes sucias con las que somos bombardeados continuamente. ¿Cómo solucionamos este problema? Dice el Salmo 119:11, “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.” Lo mejor que puedes hacer para contrarrestar este ataque en atesorar la verdad de Dios en tu corazón. Como alguien dijo una vez: “Un corazón lleno de tesoros deja muy poco espacio para la basura”. Como dice Pablo en Filipenses 4:8: “Por último, hermanos, piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo justo, todo lo puro, todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza.” ¿Conoces alguna manera mejor de cumplir este mandamiento que memorizando versículos?
8. Porque nos permiten conocer mejor a Dios.
Reflexionemos un momento: ¿Se enoja Dios conmigo? ¿Es capaz de castigarme? ¿Cuántas veces va a perdonarme un mismo pecado? ¿Le duele cuando sufro? Déjame hacerte otra pregunta. ¿Necesitas recordar las respuestas a estas preguntas en un momento de debilidad? “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor hecha fuera el temor, porque el temor involucra castigo...” (1 Juan 4:18) ¿Cuán bien conoces a tu Dios?
9. Porque nos devuelven la fuerza en tiempos de prueba.
Dice el salmista: “Ella es mi consuelo en mi aflicción, porque tu dicho me ha vivificado.” Recuerdo cuán importante fue para mí 2 Corintios 1:3,4 en uno de los momentos más dolorosos de mi vida. Varias veces al día solía ir a mi cuarto de oración y, llorando, le pedía a Dios que al menos utilizara mi profundo sufrimiento para consolar a otros. Dice el apóstol en ese pasaje: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.” ¿Necesito aclarar que lo hizo?
10. Porque nos permiten tener un mejor conocimiento de la Biblia.
Cuantos más versículos sepas, más simple te será leer la Biblia, más fácil te resultará entenderla y más tesoros encontrarás en ella. Un grupo de mujeres que conozco, hizo un estudio bíblico de 1 Corintios y se les ocurrió memorizar un versículo de cada capítulo para recordar mejor de qué hablaba todo el libro. Por otra parte, memorizar versículos también te será tremendamente útil para preparar un sermón o dar una charla. Como puedes ver, ¡los beneficios de memorizar la Palabra no tienen límites!.
11. Porque nos permiten alimentar nuestro espíritu y crecer a través de la meditación.
Dios le ordenó a Josué: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a lo todo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” (Josué 1:8) Pedro nos ordena a nosotros: “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.” (1 Pedro 2:2)
CÓMO MEMORIZAR UN VERSÍCULO EFECTIVAMENTE
Es posible que pienses: “¿Cómo memorizar un versículo? Eso no es ninguna ciencia. Lo memorizo y listo.” ¡Error! ¡Memorizar sí es una ciencia! ¿Quieres saber por qué? Porque tu objetivo no es poder citar el versículo el día que te juntes con tu grupo sino poder recordarlo por el resto de tu vida.
Primer paso:
Copia con mucho cuidado el versículo en una tarjeta. Te digo por experiencia propia que lo peor que te puede pasar es haber copiado un versículo erróneamente, y, luego de haberlo memorizado, intentar corregir los errores en tu memoria. Te puedo asegurar que te harás un lío cada vez que intentes repetirlo. Por esta razón, ten mucho cuidado cuando transcribas el pasaje. En cuanto al tamaño de la tarjeta, puede variar según tu capacidad para leerla. Hay personas que por una cuestión de visión necesitarán utilizar tarjetas un poco más grandes. Lo más importante es que puedas llevar las tarjetas contigo donde quiera que vayas. He aquí un ejemplo de cómo debería verse tu versículo:
Segundo paso:
Lee el versículo en voz alta varias veces. En este segundo paso, utiliza tu tarjeta para leer el versículo. Cuanto más familiarizado estés con tu propia letra, el color de la tinta, la cita bíblica y aún con la misma tarjeta; más grande será tu capacidad de retención. Especialmente si tienes memoria fotográfica.
Tercer paso:
Aprende la cita bíblica y la primer frase como una unidad. Esto te permitirá asociar automáticamente la cita con las primeras palabras del versículo. Una vez que puedas hacer esto, notarás como el resto del versículo sale con toda naturalidad. En el caso del pasaje de arriba, la forma de aplicar este tercer paso sería repetir en voz alta por lo menos diez veces: “Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo”. “Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo”. “Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo”...
Cuarto paso:
Después de que hayas repasado la cita y la primer frase por lo menos diez veces, agrega la segunda frase. Ve agregando gradualmente más frases hasta que aprendas todo el versículo. Vuelve a repetir la cita al final.
Quinto paso:
Siempre repasa el versículo comenzado por la cita, siguiendo con el pasaje y terminando nuevamente con la cita.
La única manera de clavar un clavo y evitar que se salga es dándole unos cuantos martillazos. La única manera de memorizar un versículo y evitar que lo olvides es repasándolo. Recuerda esto mejor que el Padrenuestro:
Si repasas un versículo cada día por seis meses,
podrás recordarlo por el resto de tu vida.
La llave del éxito en la memorización está en:
¡REPASAR, REPASAR, REPASAR!
CÓMO REPASAR UN VERSÍCULO EFECTIVAMENTE.
Permítenos darte diez sugerencias prácticas para repasar un versículo efectivamente:
1. Nunca te olvides de repetir la cita bíblica antes y después de decir el versículo.
La cita es lo que más fácilmente aprendemos pero también es lo que más fácilmente olvidamos. La mejor forma de no perder la “dirección” de un versículo es repitiéndola dos veces; una vez al comenzar a citar el pasaje y otra cuando terminas de hacerlo.
2. Copia el versículo en hojas borrador para poder recordarlo.
Una buena manera de “clavar” más profundamente los versículos que más nos cuestan es copiarlos varias veces en una hoja borrador. No dudes de valerte de este recurso cada vez que lo necesites.
3. Repasa tus versículos leyendo el pasaje en voz alta.
Hay dos maneras de repasar un versículo, repetirlo silenciosamente en tu mente o leerlo varias veces en voz alta. La segunda forma es mucho más efectiva que la primera. Al leer el pasaje en voz alta, estarás utilizando no solo tu mente, sino tres de tus cinco sentidos: la vista, la voz y el oído. Cuantos más sentidos involucres al proceso de memorización, más gravados quedarán los pasajes. Por otra parte, leer los versículos te evitará memorizar el pasaje con posibles errores involuntarios que puedas llegar a cometer mientras tu mente divaga en otros pensamientos.
4. Marca los versículos que hayas memorizado en tu Biblia.
Esto te permitirá tenerlos presentes cada vez que abras tu Biblia y te será muy útil para ir relacionándolos con el contexto correspondiente. Algo que personalmente me ha ayudado mucho ha sido subrayar todos los versículos que he aprendido de memoria con un mismo color. Esto me permite asociarlos con la idea central del pasaje y también repasarlos a medida que leo todo el capítulo.
5. Coloca tus versículos en lugares “estratégicos”.
Poner versículos en lugares que frecuentas diariamente te permitirá repasarlos mientras haces otra tarea. He aquí algunas sugerencias acerca de dónde puedes colocar versículos:
• Arriba del mesón de la cocina.
• En el espejo de baño.
• En la puerta de la nevera.
• En el lavadero.
• Cerca del teléfono,
• En el descanso de pantalla de tu computadora
• En un lugar visible de tu auto.
• En tu mesa de noche.
• En tu escritorio.
• Cerca de la cama.
• Utilizar el versículo como señalador cuando lees un libro.
6. Establece un plan de memorización.
Una de las mejores cosas que puedes hacer es decidir de antemano cuántos versículos planeas memorizar en un año. He aquí tres ejemplos que puedes seguir:
Plan A: 2 versículos por semana = 104 en un año
Plan B: 3 versículos por semana = 156 en un año
Plan C: 5 versículos por semana = 260 en un año
7. Busca algún amigo al cual le puedas “rendir cuentas”.
El hombre más sabio del planeta dijo: “Mejores son dos que uno...” (Eclesiastés 4:9) Tenía razón. Lo mejor que puedes hacer para tener éxito en memorizar efectivamente la Biblia es encontrar un amigo (puede ser tu discípulo) que tenga el mismo deseo. Esto los animará a ambos y les permitirá tener un compañero de batalla para rendir cuentas y contarle si se han mantenido fieles al plan de memorización que han establecido. Cuando repasen juntos los versículos, asegúrate de que la persona que los esté tomando lea el pasaje mientras el otro lo cita. Por más que lo sepa de memoria, es conveniente hacerlo de esta manera. Por otra parte, si la persona que lo está citando se equivoca, su amigo debe hacerle saber por medio de alguna seña que ha cometido un error. Sin embargo, no hay que ayudarlo hasta que él lo pida. De esta manera, le estaremos dando la
oportunidad de que piense un momento y pueda corregir su propio error. En caso de que se equivoque, debemos pedirle que vuelva a citarlo hasta que pueda decirlo perfectamente.
8. Repása los versículos
Trata de repasar todos los versículos memorizados todos los días y luego practica el nuevo versículo, así estarás evitando que se te olviden los primeros aprendidos.
Lista de versículos para Memorizar:
A continuación hay varios pasajes bíblicos para memorizar que son esenciales en la fe y para el diario vivir. Enfócate en uno a la vez hasta que te los sepas todos:
Isaías 9:6
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Isaías 40:31
Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Salmos 4:8
En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
Salmos 27:1
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
Salmos 27:1
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Salmos 34:7
El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende.
Salmos 37:4,5
Sal 37:4 Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende.
Salmos 37:4,5
Sal 37:4 Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
Salmos 111:10
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová.
Salmo 119:11
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová.
Salmo 119:11
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.
Salmos 119:105
Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
Mateo 5:48
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Mateo 28:19
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Lucas 19:10
Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Juan 1:12Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Juan 3:16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 10:10
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Juan 14:6
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Hechos 4:12
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Romanos 1:16-17Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.
Romanos 6:23
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 8:28
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:39
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 8:28
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:39
Ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 12:1
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
1 Corintios 10:13
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
1 Corintios 10:13
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
1 Corintios 6:19
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
1 Corintios 13:13
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
2 Corintios 5:17
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Gálatas 2:20
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Gálatas 5:22-23
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Efesios 6:12
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Filipenses 4:8
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Filipenses 4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Filipenses 4:19
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
2 Timoteo 3:16
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
Hebreos 11:1
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Santiago 4:7
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Santiago 4:7
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
1 Juan 1:9
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
1 Juan 4:8
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
Apocalipsis 1:71 Juan 4:8
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
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