domingo, 7 de junio de 2015

Fundamentos de un Matrimonio Cristiano


El matrimonio es una de la instituciones más importantes después de la iglesia, de hecho, fue creada antes de la iglesia por el mismo Dios (Mc. 10:6-9,  Gn. 1:27-28) y como Él la estableció, debe someterse a sus leyes antes que a la de los hombres. 

Efesios 5:21; 6:4 , habla del matrimonio: “5:21 Someteos unos a otros en el temor de Dios. 5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. 5:28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 5:33 Cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido”.

Ahora bien, ¿porqué tantos matrimonios fracasan? Tanto los hombres como las mujeres comienzan su vida de casados con expectativas de “cuento de hadas” y con una preparación limitada para ser esposos, desconocen las diferencias que existen entre ambos sexos, como por ejemplo: Las mujeres son más emocionales y sensibles, mientras los hombres tienden a mostrarse menos deseosos y más reservados o ásperos. Los hombres son menos detallistas y son más conformes que las mujeres. El metabolismo de la mujer es más lento que el del hombre. Los hombres demuestran su hostilidad con la violencia física, mientras la mujer suele ser verbalmente más expresiva. Las mujeres poseen varias funciones únicas e importantes: la menstruación, el embarazo y la lactancia; y sus hormonas son de un tipo diferente y mayor que las del hombre. La menopausia y andropausia también son diferentes.

En cuanto a las diferencias sexuales, el impulso sexual de la mujer está relacionado con su ciclo menstrual; el del hombre es constante, la hormona testosterona juega un papel importante en cuanto a estimular el deseo sexual del hombre. La mujer es más bien estimulada por el tacto, la palabras románticas y un ambiente adecuado. Se sienten mucho más atraídas por la personalidad de un hombre, en cambio los hombres son más atraídos por la vista. Esto hace que la mujer necesite horas enteras de preparación emocional para la relación sexual; el hombre necesita poco o nada de tiempo. El trato áspero puede fácilmente quitarle a la mujer el deseo de intimar.

Cada aspecto de la existencia emocional y física de la mujer depende del amor romántico que recibe de su esposo, y esto también puede afectar drásticamente el desarrollo emocional de los hijos. Por eso hay más probabilidad de encontrar una esposa y unos hijos rebeldes, en el hogar de un hombre que no sabe cómo mantener amorosa y sabiamente a su familia. El hombre es cabeza de hogar (1Co. 5:22-23).

Muchas parejas se casan pensando que "serán felices para siempre" Porque desde niños se nos ha enseñado por los medios de comunicación la versión del amor de Hollywood. Pero no se tarda mucho en descubrir que la mera pasión que gira en torno al placer sexual, no es suficiente en sí para establecer una relación duradera.

Como cristianos debemos entender que Dios no acepta el divorcio: A los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y  si  se  separa,  quédese  sin  casar, o  reconcíliese  con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.  (1Corintios 7:10-24 ).

La biblia, da muchos consejos importantes acerca del Matrimonio: Efesios 5:31, Eclesiastés 4:9-12, Génesis 2:18-24, Lucas 20:34-36, Hebreos 13:4, Mateo 19:5, Proverbios 5:18 y Proverbios 18:22.

Versículos para las Esposas: 1Corintios 7:10-16, 1Corintios 7:3-5, 1Pedro 3:1-6, Efesios capítulos 5 y 6, Proverbios 31:10-31, Tito 2:4-5.

Versículos para los Esposos: 1Corintios 7:10-16, 1Corintios 7:3-5, 1Timoteo 5:8, Efesios capítulos 5 y 6, Génesis 2:23-24, Proverbios 18:22.

En el matrimonio no es perfección lo que se necesita, sino aprender cómo amar a tu conyugue de una manera efectiva y consistente. Se paciente y recuerda: el fundamento del amor es amar primeramente a Dios por sobre todas las cosas y luego a tu prójimo (Mateo 22:36-40). En 1Co. 13:7 dice: “El amor, todo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Tienes que ser ejemplo de amor, constancia y dedicación a tu pareja, orando al Señor en todo tiempo, el cual te dará fortaleza y te guiará a tomar decisiones sabias. 

A continuación unos consejos para los casados:

  • Nunca se enfaden los dos al mismo tiempo. Para lograrlo es necesario ser prudente, y saber, con fortaleza, reprimir la ira que se levanta en nuestro interior.
  • Nunca se griten el uno al otro. Hay que tener templanza y moderación de las pasiones. Si uno de los dos tienen que vencer en una discusión, deja que el otro gane. La aparente «derrota» se convierte en una gran victoria sobre sí mismo.
  • Cuando te hayas equivocado, prepárate para admitirlo y pedir perdón. Sinceridad y sencillez, porque no hay persona que no se equivoque.
  • Si tienes que criticar, hazlo con amor. Lealtad: decir las cosas serenamente, sencillamente y sobre todo, pensando en el bien del otro.
  • Nunca se echen en cara los errores del pasado. Amar por encima de los defectos y debilidades del otro. Si ya perdonaste no tienes que estarle recordando sus errores, nadie es perfecto. El amor, no es rencoroso (1Co. 13:5).
  • Nunca se vayan a dormir con un desacuerdo sin resolver. Claridad en las relaciones. Humildad para reconocer la parte de culpa propia. Olvido de los rencores y los enfados. Confianza en el otro.
  • Siempre díganse algo bondadoso o un cumplido agradable. Por lo menos una vez al día. Estar dispuesto con pequeños detalles de cariño, cordialidad y galantería.
  • Traten de recordar los aniversarios. Hagan actividades diferentes en estos días, salgan sin los hijos, disfruten un tiempo de intimidad como novios.
  • Las finanzas deben llevarse juntas. Si ambos trabajan, es importante no dividir los ingresos, sino llevarlos juntos en armonía, sin egoísmos, ni malas intensiones. Todas las decisiones deben tomarse con mutuo acuerdo.
  • Hacer lo posible por vivir solos. Ayuda a la madurez como pareja. (Mr. 10:7-9).
  • Eviten comentar los problemas de la pareja. Principalmente a los familiares y amigos íntimos. Para la pareja puede ser fácil olvidar, pero los demás pueden crear rencores y resentimientos, que a la larga son causa de divorcios. Hay que ser muy discretos, y decirlo sólo a personas de muy buen testimonio y madurez espiritual.
  • Hacer devocionales en familia. Es importante que semanalmente se reúnan en el hogar y en familia para leer la biblia, cantar alabanzas y orar juntos.
  • Ser de testimonio a los hijos. Traten de asistir y participar de las actividades de la iglesia en familia. Enseñar a los hijos valores cristianos con el ejemplo. 

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