martes, 18 de noviembre de 2014

¿Como debemos instruir a nuestros hijos?



Dios esta interesado en nuestros hijos, los ama, y ese amor por ellos lo hace manifiesto al depositar sobre nosotros la grande responsabilidad de educarlos por el sendero cristiano, es pues de gran importancia que cada uno de los padres de familia asumamos ese compromiso con Dios y con nuestros hijos, de poner el mayor de nuestros esfuerzos por guiarlos por el mejor camino, el camino de Dios.

La Biblia dice que la prioridad de los padres debe ser criar a sus hijos en el temor del Señor. Es un mandamiento de Dios. Proverbios 22.6 dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él». Si usted no lo hace, entonces la televisión, los amigos, la radio, el internet y el sistema escolar, sí lo harán. Aunque en la iglesia aprenden, no se puede reemplazar la educación de los padres, porque se necesita de mucha dedicación y constancia.



Porqué es importante que los niños tengan una relación con Dios
En la actualidad vemos como los jóvenes están siendo blanco del enemigo, un constante ataque que muchas veces no termina bien, pues muchos caen en las drogas, la rebeldía y sucesos penosos que marcan sus vidas para siempre. Es por eso que resulta tan importante llevar a nuestros hijos a tener una verdadera relación con Dios, una amistad real y genuina que le de bases solidas para crecer con principios de amor, misericordia y verdad en el  corazón, una labor que no será completa si los  padres no se involucran presentando un modelo adecuado a  los niños  donde este implícita la oración,  la búsqueda y la lectura de la palabra,  pues no olvidemos que los niños que aprenden a orar desde pequeños pueden desarrollar una vida de oración poderosa y efectiva mejor que los niños a quien no se les enseña. Acá describimos algunos beneficios:

a) Les permite crecer en la fe y enfrentar los temores y desafíos.
b) Aprenden a agradecer a Dios por sus bondades.
c) Les permite confesar sus pecados y pedir perdón.
d) Aprenden a  interceder por otros.
e) Los niños aprenden a expresar con libertad sus sentimientos hacia Dios.

Como enseñarles 
Deuteronomio 6:5-7 dice “y amarás a Jehová tu Dios  de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con toda tu fuerza. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablaras de ellas  estando en tu casa, y andando por el camino; y al acostarte, y cuando te levantes”. A continuación se mencionan algunos recursos para instruir a los hijos:

Dedíqueles tiempo de calidad.  
Reconozca que el tiempo que dedica a sus hijos es una inversión para su eternidad. No sólo pase tiempo con ellos, sino invierta tiempo en ellos. No hay sustituto para el amor de una madre ni el ejemplo de un padre.

Escúcheles atentamente para que ellos le escuchen a usted. 
La razón por la cual muchos hijos no escuchan a sus padres es porque cuando ellos eran pequeños, trataron de hablar, y sus padres no les escucharon.

Reconozca ante ellos sus errores. 
Muchos padres creen que si reconocen sus errores delante de sus hijos, perderán su autoridad ante ellos. Al contrario, admitirlos, derriba barreras y fortalece las relaciones, permitiendo que ellos tengan confianza para venir a contar sus problemas.

Ámeles incondicionalmente. 
Debe amar a sus hijos sin importar cuál sea su apariencia, su personalidad, su nivel de madurez. Recuerde que el verdadero amor perdura por encima de lo que somos o hacemos (1 Co 13.8). Afírmeles con una actitud positiva y correcta. Lléneles de palabras de
estímulo y aprecio genuinos.

Disciplíneles motivado por el deseo de protegerles. 
No con ira, ni los degrade ante los demás (Pr 3.12). Debe poner límites a sus hijos, sino perderá el control trayendo destrucción a cada aspecto de sus vidas. Algunos serán presa de las tentaciones del sexo, la droga y el alcohol; otros podrán evitarlas, pero por su condescendencia con la tentación arruinarán sus carreras, sus relaciones personales o sus decisiones financieras.

Motíveles a que sean lo mejor que puedan ser. 
Usted desea que sean los mejores en todo. Si un día vienen y no visten como usted piensa que deben hacerlo, no les critique. Hay formas de corregir, sin criticar, sin humillar o avergonzar a sus hijos. Motíveles a alcanzar su mayor potencial.

Guíeles a entender que finalmente le rendirán cuentas a Dios. 
Si no les agradaba una decisión, dígales que pregunten al Señor, cuál sería la mejor decisión en ese momento. Entonces, por experiencia personal ellos estarán enfrentando a Dios en cada decisión. Ayúdeles a comprender que, en última instancia, ellos rendirán cuentas al Dios todopoderoso.

Enséñeles que lo más importante en la vida es su relación personal con Jesucristo. 
Lo más importante que debe grabar en la mente y en el corazón de sus hijos es su relación personal y estrecha con Jesucristo. Usted debe ser ejemplo para ellos en la dependencia del Señor en todo momento.

Enséñeles a pasar tiempo diariamente con la Palabra de Dios y en oración. 
La lectura de la Biblia y la oración les servirá de brújula moral para sus vidas. La Palabra de Dios debe ser para ellos como una lámpara a sus pies, para que no tropiecen (Sal 119.105). Motíveles a encontrar, de esa manera respuestas a las preguntas de la vida.

Grábeles en sus mentes desde temprana edad que Dios tiene un plan para sus vidas.
Dígale a sus hijos que Dios ha planeado su futuro: con quién se casarán, dónde estudiarán, dónde trabajarán, cómo invertirán su vida, etc. Si ellos lo reconocen, serán motivados a descubrir la dirección del Señor en sus vidas. Y al culminar sus estudios, ellos tendrán una idea bastante clara en cuanto a su vocación.

Conclusión
No cabe duda que los hijos seguirán lo que dicen y hacen sus padres; si hacen el bien, ellos también lo harán; si no lo hacen, ellos tampoco. Es importante modelar un estilo de vida que agrade a Dios, a fin de que ellos vean el valor de rendir cada aspecto de sus vidas a la soberanía y la voluntad de Dios para que sean capaces de confrontar a sus amigos y asumir una postura definida a favor de la verdad.

Siempre que puedas formúlate las siguientes preguntas: ¿Cuánto tiempo lees la biblia, y cuanto tiempo la lees con tus hijos a la semana? ¿Eres ejemplo para tus hijos?. Recuerda, nuestros hijos están rodeados de las tentaciones y peligros del mundo, que amenazan el plan de Dios para sus vidas. Por eso, debemos establecer una relación estrecha con nuestros hijos para que ellos confíen en nosotros y escuchen la instrucción. Así, cuando lleguen los problemas de la vida, se mantengan firmes y fieles a Dios.

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