lunes, 7 de marzo de 2016

FALSAS ENSEÑANZAS DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ



La secta de los Testigos de Jehová comenzó en 1870 con un estudio bíblico llamado “Millennial Dawn Bible Study” dado por Charles Taze Russell (1852-1916) en Pittsburgh, Pennsylvania, USA. Él estudiaba la doctrina de los adventistas, como George Storrs, Jonas Wendell, George Stetson y Nelson Barbour; pero la combinó con sus propias conclusiones y estudios. Russell escribió varios libros que contienen mucha de la teología de esta secta hasta hoy.

Su premisa básica es que la Biblia ha sido distorsionada a lo largo de los años por sus traducciones, por lo cual ellos editaron su propia versión llamada “Traducción del Nuevo Mundo”. Eruditos del griego han criticado duramente dicha versión por apartarse drásticamente de una traducción fidedigna. Algunos han sugerido que se trata de un comentario y no de una traducción, por su grado de disparidad con el texto original. La Traducción del Nuevo Mundo ha sido revisada en varias ocasiones por el Cuerpo Gobernante, corrigiendo y adaptando pasajes que contradicen sus falsas enseñanzas. Dicho Cuerpo Gobernante es el único autorizado para interpretar las Escrituras, y establecer sus doctrinas a nivel mundial. Su sede oficial está en Brooklyn, Nueva York.
           
En 2004 había 6 millones de Testigos de Jehová activos, los cuales invertían un promedio de 1.2 billones de horas al año haciendo proselitismo de puerta en puerta. Sus revistas “La Atalaya” y “¡Despertad!” se distribuían en más de 230 países. Había más de 98 mil congregaciones alrededor del mundo. A la fecha, la tendencia es hacia el alza moderada.

            Su historia está llena de fechas proféticas falsas, como la presencia “invisible de Cristo”, profetizada para 1874 y luego cambiada para 1914; el fin del mundo, profetizado para 1914 y después cambiado para 1915 (fallida también); el fin del mundo y la destrucción de las iglesias en 1918; el fin del mundo con la venida de Abraham, Isaac y Jacob en 1925; construcción de la “Casa de Príncipes Beth Sarim” en San Diego, debido al inminente retorno de David y otros profetas bíblicos a la vida terrenal; el Armagedón y el fin del mundo en 1940; el cumplimiento de 6,000 años de historia humana en 1975, con el fin del mundo de forma inminente; 80 años de la generación de 1914 en 1994, con el inminente fin del mundo, etc.

Sus prácticas más controversiales son: la no celebración de días festivos o cumpleaños; la no transfusión de sangre; limitar la educación superior; no participar de la oración a la bandera, votaciones, actividades políticas ni guerras; limitar el contacto con amigos y familiares que no son Testigos de Jehová; evitar por completo personas que han salido de la secta; prohibir el pensamiento crítico y los desacuerdos con la organización; prohibir literatura que critica la organización; prohibir asistir a actividades religiosas que no sean iglesias de testigos de Jehová; obligar a hacer proselitismo de puerta en puerta, entre otras.

Acerca de su traducción de la Biblia, cabe mencionar que sus traductores tenían conocimiento insuficiente acerca de los manuscritos bíblicos; su traducción distorsiona la divinidad de Jesucristo en pasajes como Juan 1:1, Juan 8:58, Hebreos 1:8 y otros para apoyar la doctrina de la Atalaya. Además introducen forzosamente el nombre Jehová en el Nuevo Testamento, sin ningún apoyo de los manuscritos.

Hay muchas creencias falsas de esta secta, pero en este artículo estudiaremos a profundidad tres de ellas. Sin embargo, hay muchas más falsedades que esta peligrosa secta enseña, entre las cuales podemos mencionar: que Jesús es el arcángel Miguel, que sólo 144,000 personas pueden nacer de nuevo e ir al cielo, que al morir los hombres, el alma deja de existir, que el infierno no existe, que el Espíritu Santo no es Dios sino una fuerza, que Jesús no murió en una cruz, sino en una estaca, que Dios resucitó a Cristo en un "cuerpo espiritual" y no en su cuerpo físico, que solo Dios Padre, Jehová es verdadero Dios (niegan la trinidad), etc. Veamos tres de sus creencias.


1. PRIMERA CREENCIA: “JESÚS ES EL MISMO ARCÁNGEL MIGUEL”

     LOS TESTIGOS DICEN: Los Testigos de Jehová afirman que Jesús era el arcángel Miguel antes de venir a la tierra, y que después que murió y resucitó, volvió a la misma forma de arcángel. Afirman que en Judas 9 la Biblia habla de Miguel como “el arcángel” (el jefe o principal de los ángeles), dando a entender que solo hay uno de estos ángeles, o que es único en su clase; y en 1ª Tesalonicenses 4:16 la Escritura dice que Jesús vendrá “con voz de mando, con voz de arcángel”, lo cual es prueba (según la secta) que Jesús es el arcángel Miguel.

También hacen referencia a que dicho Arcángel siempre tiene roles de gran preponderancia en la Biblia: en Daniel, está combatiendo contra ángeles malos; en Judas está discutiendo con el diablo y en Apocalipsis está peleando contra Satanás y sus demonios. Esto comprueba, según ellos, la correspondencia bíblica del Arcángel con Jesús. Hacen además la observación de que varios personajes en la Biblia tienen dos nombres: Jacob era también Israel y Pedro era también Simón; por lo tanto, es lógico pensar que Miguel es otro nombre para referirse a Jesús antes de venir a la tierra, como después de su regreso al cielo.

(Nota: esta doctrina es un escape para no tener que admitir la eternidad de Cristo, y por consiguiente, su deidad. En realidad es un ataque indirecto contra la deidad de Cristo. Diciendo que es un arcángel, se implica que es un ser creado y no el Dios eterno.)

       LA BIBLIA DICE: Ninguno de los pasajes utilizados por los Testigos de Jehová enseña claramente esta doctrina. Se trata de una contorsión y un malabar exegético realizado por la secta, para extraer dicha enseñanza. En otras palabras, se trata de una eiségesis, y no una exégesis. En la exégesis, el intérprete extrae del pasaje su mensaje original y lo aplica, obteniendo verdadera Palabra de Dios. En la eiségesis, el intérprete viene al pasaje con una idea preconcebida, y la introduce forzosamente en el versículo a manera de buscar respaldo para su propio concepto. El problema de la eiségesis es que no es Palabra de Dios, sino de hombres.

Cuando los Testigos de Jehová afirman que la frase “con voz de arcángel” es prueba que Jesucristo es el arcángel Miguel, no solo están haciendo una eiségesis, sino un verdadero abuso del texto, al hacer poner en boca del apóstol Pablo algo que nunca enseñó, ni jamás dijo. De hecho, el pasaje de 1ª Tesalonicenses 4:16 también dice que vendrá “con trompeta de Dios”, lo cual podría significar que Jesús es Dios, bajo su mismo criterio de interpretación errado.

Haciendo referencia al argumento de que varios personajes tienen dos nombres en la Biblia, tomemos los ejemplos de Jacob, cuyo nombre fue cambiado a Israel y Simón, cuyo nombre fue cambiado a Pedro. En ambos casos nos damos cuenta que la Biblia claramente narra el hecho de que sus nombres fueron cambiados por Dios como muestra de una nueva identidad según el llamado del Soberano. Hay otros ejemplos de esto: a Abram (padre enaltecido) se le llamó Abraham (padre de multitudes), en clara alusión a la promesa hecha a su persona. A Sarai (mi princesa) se le llamó Sara (madre de naciones). Pero en ningún lado de la Biblia encontramos que a Miguel se le cambió el nombre a Jesús, o que experimentó una conversión, un cambio de identidad o un llamado transformador. Nuevamente, se trata de una elaboración extra-bíblica para la cual se ha buscado respaldo en la Escritura, pero que no está claramente enseñada en ningún pasaje.

Los títulos que la Escritura aplica a Jesús el mesías NO PUEDEN ser aplicados a un arcángel: la Biblia dice claramente en Isaías 9:6 (en alusión a Cristo) que sería llamado “Dios fuerte” y “Padre eterno”. Dichos títulos definitivamente no aplican a un arcángel, ni a un ser creado sino solo a Dios. De hecho, en Hebreos 1:5 en adelante el autor muestra la superioridad y total distinción que se hace de Jesús respecto a los ángeles, refiriéndole frases tales como “mi Hijo”, “yo te he engendrado”, y “adórenle todos los ángeles de Dios”. En el versículo 8, el original dice: “tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos”, pero la Traducción al Nuevo Mundo cambia las palabras, diciendo “tu trono es Dios por los siglos”, distorsionando así el sentido original, y respaldando su falsa enseñanza de que Jesús no es Dios eterno.     

En Apocalipsis 22:8-9 vemos cómo los ángeles buenos rechazan la adoración, porque son “consiervos nuestros, de nuestros hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro”. Y el ángel hace una declaración contundente: “adora a Dios.” En los evangelios, vemos a Jesús recibiendo adoración desde el inicio de su vida en la tierra: Mateo 2:2, Mateo 8:2-3, Mateo 9:18, Mateo 14:33, Mateo 15:25. La palabra usada para “adorar” es la misma que se usa para referirse a la adoración a Dios Padre: “proskuneo”. Solo Dios es digno de recibir adoración, lo cual es prueba que Jesús afirmaba ser el Hijo de Dios, y no un ser creado.

Si hacemos una comparación de Isaías 44:24 con Juan 1:3, vemos que el Jehová del Antiguo Testamento corresponde a Jesús del Nuevo Testamento, en este caso en particular como el agente creador de todo lo que fue hecho, el Verbo eterno: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” Esta es una verdad contundente que excluye la posibilidad de que Jesús sea un ser creado, como un arcángel. No es posible que la Biblia afirme “sin él, NADA de lo que ha sido hecho, fue hecho” si él mismo fuera un ser creado.

Al comparar Isaías 48:12 con Apocalipsis 1:7-8, vemos que se usa la misma descripción “el alfa y la omega, principio y fin”, “el primero y el postrero”, tanto para referirse a Jehová, como a Jesús. ¡No puede haber dos primeros ni dos postreros! Este pasaje comprueba la eternidad de Cristo, como Dios, no como un ser creado finito o un arcángel. Si fuese un arcángel, no fuese “el primero”.

Numerosos pasajes hablan de Cristo Jesús como Dios: Apocalipsis 2:8 dice “Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto…”. Apocalipsis 22:13 dice: “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.” Juan 1:3 dice: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” Hebreos 1:8  es especialmente poderoso, pues dice del Hijo: “Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo.” Pero, como ya explicamos, la secta ha tergiversado pasajes como Hebreos 1:8 con su Traducción Nuevo Mundo, irrespetando el texto griego y adaptando la Biblia a sus doctrinas erradas.

En los pasajes que se habla de la segunda venida, no se enseña que será Miguel quien regrese sino Jesucristo: Mateo 24:30 dice que verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo. Apocalipsis 22:12-13 dice que el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último, viene pronto y su galardón con él.  Y en Apocalipsis 22:20 Juan concluye diciendo “Amén; si, ven, Señor Jesús.” En ningún lugar vemos que diga “ven arcángel Miguel” o algo por el estilo.

Concluimos que la clara enseñanza de la Biblia es que Jesús es Dios eterno, creador de todo lo que hay, que merece ser adorado y por lo tanto, no es un ser creado ni un arcángel.

2. SEGUNDA CREENCIA: “EL ESPÍRITU SANTO ES UNA FUERZA IMPERSONAL”

LOS TESTIGOS DICEN: Afirman que el Espíritu de Dios es su poder o fuerza en acción, y no una persona, ni un ser divino. Su afirmación está basada en pasajes como Miqueas 3:8 que dice: “Mas yo estoy lleno de poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado”. Este pasaje, según ellos, muestra que el Espíritu de Jehová es su poder o fuerza en acción.
También se apoyan en Lucas 1:35, donde se hace alguna referencia al poder de Dios y su Espíritu, juntos: “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”.
Según los Testigos de Jehová, la Biblia usa antropomorfismos en relación al Espíritu de Dios, como “la mano de Dios” o el “soplo”, “aliento” de Dios, lo cual, afirman ellos, es prueba de que no es una persona, sino una emanación, soplo o parte de Dios. También argumentan que, en cierta ocasión, Esteban tuvo una visión del cielo y vio solamente a dos personas, no tres (el Padre y el Hijo, por medio de la llenura del Espíritu). Por estas razones, ellos creen que el Espíritu Santo solo es un poder y no una persona.

   LA BIBLIA DICE: Las Escrituras se refieren al Espíritu con atributos personales, por ejemplo, dicen que tiene una intención determinada conforme a la voluntad de Dios, e intercede por los creyentes:

“Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.” (Romanos 8:27)
Dicen las Escrituras que el Espíritu escudriña lo profundo de Dios, y para referirse a Él, usa un pronombre personal “nadie”, no uno impersonal “nada”. Veamos:
“Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sinoel Espíritu de Dios.” (1ª Corintios 2:10-11)
En Hechos 5 se narra la historia de Ananías y Safira, quienes vendieron una heredad y quisieron aprovecharse de la iglesia, por medio de una mentira. En los versículos 3 y 4 Pedro dice que Ananías y Safira “mintieron al Espíritu Santo” (¿se le puede mentir a una fuerza?) y afirma categóricamente que “no han mentido a los hombres, sino a Dios”. ¡Doble prueba de la personalidad y divinidad del Espíritu!
En 1ª Corintios 3:16-17 Pablo dice que somos templo (casa) de Dios, y que el Espíritu mora en nosotros, lo cual nos lleva a deducir que es una persona que tiene su morada, pues, en caso de tratarse de una fuerza, se usaría otra palabra distinta a “habita”, “mora”, “vive”. En 2ª Corintios 3:17 dice que “el Señor es el Espíritu”. ¿Puede el Señor ser una fuerza? ¿Puede una fuerza “morar” en nosotros?
En Mateo 28:19 vemos que el Espíritu Santo es igual a las personas del Padre y del Hijo, en poder y gloria. El pasaje hace referencia a los tres, como nombres sobre los cuales hay que bautizar a los creyentes. En 1ª Corintios 12:4-6 se hace referencia a las tres personas de la trinidad, en coordinación para otorgar dones y ministerios a los creyentes. El Espíritu es mencionado de la misma forma que el Padre y el Hijo, como personas. Lo mismo ocurre en Efesios 4:4-6 y 1ª Pedro 1:2.
Cuando se le llama el “parakletos” (consolador, abogado, consejero) en Juan 14:26, 15:26 y 16:7, se está usando un nombre que solo se usa para referirse a una persona, y no una fuerza ni una acción. El pronombre “ekeinos” utilizado en los mismos pasajes es personal también (Juan 16:13-14 “él”).
Los siguientes pasajes usan verbos para referirse a acciones que realiza el Espíritu. Todas estas acciones son realizadas por una persona, y no por una fuerza impersonal:
Romanos 8:16 El Espíritu da testimonio; Romanos 8:26-27 el Espíritu nos ayuda e intercede por nosotros con gemidos indecibles; 1ª Corintios 2:10-11 el Espíritu escudriña lo profundo de Dios y nos lo da a conocer; 1ª Corintios 12:11 el Espíritu da palabra de ciencia y reparte dones; Isaías 63:10 el Espíritu se enoja contra los rebeldes, se vuelve su enemigo y pelea contra ellos; Hechos 8:29 el Espíritu habló a Felipe; Hechos 13:2 el Espíritu pidió que apartaran a Bernabé y a Saulo; Hechos 16:6-7 el Espíritu les prohibió a Pablo, Silas y Timoteo predicar en Asia e ir a Bitinia; Efesios 4:30 el Espíritu se contrista (tiene emociones, lo cual es un atributo personal).
La apología que demuestra la divinidad del Espíritu, sirve también para comprobar que no es una fuerza, pues Dios es una persona, y no puede ser un ser impersonal como la secta afirma. Concluimos que la Escritura enseña claramente que el Espíritu Santo es una persona, y es Dios mismo. No es una fuerza impersonal.


3. TERCERA CREENCIA: “EL ALMA HUMANA DEJA DE EXISTIR EN EL MOMENTO DE LA MUERTE”

     LOS TESTIGOS DICEN: Afirman que el alma humana no es inmortal. Como pruebas bíblicas, dicen que el profeta Ezequiel mencionó en cierta ocasión que se puede castigar el alma con la muerte: “alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:4). Al referirse a la creación de la primera alma humana, Génesis 2:7 afirma: Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Pero la Traducción al Nuevo Mundo dice “el hombre vino a ser alma (nefesch, en hebreo es alma) viviente”. La palabra nefesch se refiere al ser vivo entero, el cual deja de existir cuando muere. Génesis 3:19 lo confirma al decir: “polvo eres, y al polvo volverás”.

En Levíticos 21:11 se habla de un “alma muerta” para referirse a un cadáver. Salomón dice que “en el sepulcro no hay pensamiento, ni conocimiento, ni sabiduría.”[2] También en Eclesiastés 3:19 dice “Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.”


    LA BIBLIA DICE: En Lucas 16:22-29 Jesús narra la historia del rico y Lázaro, utilizando nombres para referirse a los personajes, lo cual muestra que es una ilustración basada en la realidad, y no una simple parábola (dado que en las parábolas no se empleaban nombres propios). Ahí claramente se observa un estado de conciencia y razonamiento después de la muerte: el rico, estando en tormentos inmediatamente después de su muerte y sepultura, mira de lejos a Lázaro y a Abraham en el seno de éste. El rico suplica a Abraham que envíe a Lázaro a darle un poquito de agua, y ruega que les vaya a predicar a sus parientes incrédulos, para que no vengan al mismo lugar de tormento que él.


En Mateo 10:28 Jesús dice que los humanos “no pueden matar el alma”, sino solamente el cuerpo, en una clara referencia que después de muerto el cuerpo, el alma sobrevive. La palabra “destruir” usada en ese pasaje no prueba que el alma muere, como afirman los Testigos de Jehová, sino hace referencia a una miseria eterna a la cual es entregada el alma de los incrédulos y malvados.

En Apocalipsis 6:9-11 Juan narra una visión en la que las almas de los mártires claman durante la tribulación al Señor por justicia. ¿Cómo podría un alma clamar al Señor, si ésta deja de existir al momento de la muerte?

En Lucas 9:30-31 aparecen Moisés y Elías conversando con Jesús en la transfiguración, con aspecto glorioso, probando que sus almas permanecen activas constantemente. De hecho, Jesús mismo, respondiendo a los saduceos (que no creían en la resurrección) dice que el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob (que ya habían muerto) es un Dios de vivos, y no de muertos. Para él, ¡todos ellos viven aún!

Las enseñanzas Paulinas claramente muestran que al partir de este mundo, nuestro ser interior va a estar con Cristo, lo cual según el apóstol “es ganancia”. Consideremos Filipenses1:21-24: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros”. ¿Por qué diría Pablo que morir “es ganancia” si creyera que su alma deja de existir? Además, Pablo dice que desea “partir y estar con Cristo”, dando a entender que es algo inmediato al momento de la muerte: el alma va a estar con el Señor.

Si examinamos la segunda carta a los Corintios, dice Pablo: “Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”(2ª Corintios 5:6-10).

El apóstol enseña que mientras el alma está en el cuerpo, está ausente al Señor, pero una vez ausente al cuerpo, está presente al Señor. Dice que debemos procurar ser agradables al Señor, ya sea estando ausentes o presentes. ¿Cómo puede un alma agradar al Señor estando presente a él, si los Testigos afirman que deja de existir? ¿Cómo va a comparecer delante del tribunal de Cristo, para recibir según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, si al morir el cuerpo muere el alma según los Testigos?

Concluimos que la Biblia enseña claramente que el alma sobrevive al cuerpo, y que en cuanto sale del cuerpo por la muerte, se presenta a su destino eterno, según haya procedido mientras estaba en el cuerpo. Los justificados irán a estar con el Señor para siempre, y los reprobados, al tormento eterno en el infierno. Lo dice la Escritura.


CONCLUSIÓN
Queda claramente comprobado, a la luz de las Escrituras, que las enseñanzas de la secta “Testigos de Jehová” no son bíblicas y contradicen la verdad. Fácilmente se observa una contorsión de las escrituras para intentar sostener sus falsas enseñanzas, objetivo para el cual han tenido que recurrir a hacer su propia traducción de la Biblia. Cada vez que detectan nuevos pasajes que contradicen sus enseñanzas, vuelven a “revisar” su versión y acomodar la verdad a su antojo.
Otra práctica que queda en evidencia por parte de esta secta, es el frecuente uso de la eiségesis, o sea la introducción de sus propias presuposiciones e ideas en la interpretación de los textos bíblicos, fallando así en enseñar Palabra de Dios, y engañando a miles alrededor del mundo con palabras falibles de hombres. La Biblia advierte en Efesios 4:13-15 “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo”. Debemos profundizar en nuestro entendimiento bíblico para no ser presa de estos hombres astutos y engañadores.

domingo, 7 de junio de 2015

Fundamentos de un Matrimonio Cristiano


El matrimonio es una de la instituciones más importantes después de la iglesia, de hecho, fue creada antes de la iglesia por el mismo Dios (Mc. 10:6-9,  Gn. 1:27-28) y como Él la estableció, debe someterse a sus leyes antes que a la de los hombres. 

Efesios 5:21; 6:4 , habla del matrimonio: “5:21 Someteos unos a otros en el temor de Dios. 5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. 5:28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 5:33 Cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido”.

Ahora bien, ¿porqué tantos matrimonios fracasan? Tanto los hombres como las mujeres comienzan su vida de casados con expectativas de “cuento de hadas” y con una preparación limitada para ser esposos, desconocen las diferencias que existen entre ambos sexos, como por ejemplo: Las mujeres son más emocionales y sensibles, mientras los hombres tienden a mostrarse menos deseosos y más reservados o ásperos. Los hombres son menos detallistas y son más conformes que las mujeres. El metabolismo de la mujer es más lento que el del hombre. Los hombres demuestran su hostilidad con la violencia física, mientras la mujer suele ser verbalmente más expresiva. Las mujeres poseen varias funciones únicas e importantes: la menstruación, el embarazo y la lactancia; y sus hormonas son de un tipo diferente y mayor que las del hombre. La menopausia y andropausia también son diferentes.

En cuanto a las diferencias sexuales, el impulso sexual de la mujer está relacionado con su ciclo menstrual; el del hombre es constante, la hormona testosterona juega un papel importante en cuanto a estimular el deseo sexual del hombre. La mujer es más bien estimulada por el tacto, la palabras románticas y un ambiente adecuado. Se sienten mucho más atraídas por la personalidad de un hombre, en cambio los hombres son más atraídos por la vista. Esto hace que la mujer necesite horas enteras de preparación emocional para la relación sexual; el hombre necesita poco o nada de tiempo. El trato áspero puede fácilmente quitarle a la mujer el deseo de intimar.

Cada aspecto de la existencia emocional y física de la mujer depende del amor romántico que recibe de su esposo, y esto también puede afectar drásticamente el desarrollo emocional de los hijos. Por eso hay más probabilidad de encontrar una esposa y unos hijos rebeldes, en el hogar de un hombre que no sabe cómo mantener amorosa y sabiamente a su familia. El hombre es cabeza de hogar (1Co. 5:22-23).

Muchas parejas se casan pensando que "serán felices para siempre" Porque desde niños se nos ha enseñado por los medios de comunicación la versión del amor de Hollywood. Pero no se tarda mucho en descubrir que la mera pasión que gira en torno al placer sexual, no es suficiente en sí para establecer una relación duradera.

Como cristianos debemos entender que Dios no acepta el divorcio: A los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y  si  se  separa,  quédese  sin  casar, o  reconcíliese  con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.  (1Corintios 7:10-24 ).

La biblia, da muchos consejos importantes acerca del Matrimonio: Efesios 5:31, Eclesiastés 4:9-12, Génesis 2:18-24, Lucas 20:34-36, Hebreos 13:4, Mateo 19:5, Proverbios 5:18 y Proverbios 18:22.

Versículos para las Esposas: 1Corintios 7:10-16, 1Corintios 7:3-5, 1Pedro 3:1-6, Efesios capítulos 5 y 6, Proverbios 31:10-31, Tito 2:4-5.

Versículos para los Esposos: 1Corintios 7:10-16, 1Corintios 7:3-5, 1Timoteo 5:8, Efesios capítulos 5 y 6, Génesis 2:23-24, Proverbios 18:22.

En el matrimonio no es perfección lo que se necesita, sino aprender cómo amar a tu conyugue de una manera efectiva y consistente. Se paciente y recuerda: el fundamento del amor es amar primeramente a Dios por sobre todas las cosas y luego a tu prójimo (Mateo 22:36-40). En 1Co. 13:7 dice: “El amor, todo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Tienes que ser ejemplo de amor, constancia y dedicación a tu pareja, orando al Señor en todo tiempo, el cual te dará fortaleza y te guiará a tomar decisiones sabias. 

A continuación unos consejos para los casados:

  • Nunca se enfaden los dos al mismo tiempo. Para lograrlo es necesario ser prudente, y saber, con fortaleza, reprimir la ira que se levanta en nuestro interior.
  • Nunca se griten el uno al otro. Hay que tener templanza y moderación de las pasiones. Si uno de los dos tienen que vencer en una discusión, deja que el otro gane. La aparente «derrota» se convierte en una gran victoria sobre sí mismo.
  • Cuando te hayas equivocado, prepárate para admitirlo y pedir perdón. Sinceridad y sencillez, porque no hay persona que no se equivoque.
  • Si tienes que criticar, hazlo con amor. Lealtad: decir las cosas serenamente, sencillamente y sobre todo, pensando en el bien del otro.
  • Nunca se echen en cara los errores del pasado. Amar por encima de los defectos y debilidades del otro. Si ya perdonaste no tienes que estarle recordando sus errores, nadie es perfecto. El amor, no es rencoroso (1Co. 13:5).
  • Nunca se vayan a dormir con un desacuerdo sin resolver. Claridad en las relaciones. Humildad para reconocer la parte de culpa propia. Olvido de los rencores y los enfados. Confianza en el otro.
  • Siempre díganse algo bondadoso o un cumplido agradable. Por lo menos una vez al día. Estar dispuesto con pequeños detalles de cariño, cordialidad y galantería.
  • Traten de recordar los aniversarios. Hagan actividades diferentes en estos días, salgan sin los hijos, disfruten un tiempo de intimidad como novios.
  • Las finanzas deben llevarse juntas. Si ambos trabajan, es importante no dividir los ingresos, sino llevarlos juntos en armonía, sin egoísmos, ni malas intensiones. Todas las decisiones deben tomarse con mutuo acuerdo.
  • Hacer lo posible por vivir solos. Ayuda a la madurez como pareja. (Mr. 10:7-9).
  • Eviten comentar los problemas de la pareja. Principalmente a los familiares y amigos íntimos. Para la pareja puede ser fácil olvidar, pero los demás pueden crear rencores y resentimientos, que a la larga son causa de divorcios. Hay que ser muy discretos, y decirlo sólo a personas de muy buen testimonio y madurez espiritual.
  • Hacer devocionales en familia. Es importante que semanalmente se reúnan en el hogar y en familia para leer la biblia, cantar alabanzas y orar juntos.
  • Ser de testimonio a los hijos. Traten de asistir y participar de las actividades de la iglesia en familia. Enseñar a los hijos valores cristianos con el ejemplo. 

jueves, 8 de enero de 2015

Principales versículos para Memorizar



Hay ciertos pasajes bíblicos que uno ha citado de memoria desde la niñez, a veces sin conocer donde se encuentran en la biblia. En realidad, es muy buena práctica para el crecimiento cristiano memorizar versos bíblicos.

Hay muchas personas que piensan que es casi imposible memorizar quince, cincuenta o cien versículos. Permíteme ser un poco dogmático, ¡están equivocados! Todos pueden memorizar versículos, la cuestión es que no todos quieren hacerlo. Todos los seres humanos tenemos miles de nombres, frases y números almacenados en nuestra mente. Nuestro problema no es la falta de capacidad para almacenar información, nuestro problema es falta de deseo de almacenar cierta información.

La única manera de memorizar versículos efectivamente es, por un lado, encontrando una buena motivación para hacerlo, y por el otro, repitiendo los versículos tantas veces como podamos. Esto hará que nos familiaricemos con ellos y que se nos graben para siempre.

Pues bien, si lo que necesitamos es motivación, permítenos darte una lista de buenas  razones para memorizar versículos:

1. Porque es un mandamiento.
“Grabad, pues, estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma; atadlas como señal en vuestra mano, y serán por insignias entre vuestros ojos.” (Deuteronomio 11:18) “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros...” (Colosenses 3:16)

2. Porque Jesucristo, nuestro modelo, memorizó versículos.

¿Cómo sé esto? Simple. Hay 1934 versículos atribuidos a Cristo en el Nuevo Testamento. 179 de éstos son citas del Antiguo testamento. ¡Casi un 10% de lo que Jesús dijo fueron citas de memoria de la Biblia! Si fue importante para Él, ¿debería ser importante para nosotros?

3. Porque son imprescindibles para evangelizar.

¿Cómo hago para mostrarle a una persona a través de la Biblia cómo puede llegar a conocer a Cristo si no puedo ubicar los versículos de memoria? ¡Imposible! ¿De qué manera puedo decirle a un no creyente que la paga del pecado es la muerte si no sé dónde queda el pasaje que afirma esto?

4. Porque nos dan autoridad para clamar en oración las promesas de Dios.

Si lees la Biblia con detenimiento encontrarás que está llena de promesas. “Clama a mí y yo te responderé.” (Jeremías 33:3) “Pedid y recibiréis.” (Juan 16:24) “Pídeme, y te daré por herencia las naciones.” (Salmo 2:8) “Pedid todo lo que queráis y os será hecho.” (Juan 15:17) “Si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él no oye.” (1 Juan 5:14) Como diría Martín Lutero: “Dios se ha atado a sí mismo a sus promesas.” Si esto es cierto, ¡aprovechémonos!. Al orar debemos recordarle a Dios lo que Él mismo ha dicho en su Palabra. Cuando estemos intercediendo por un no cristiano, podemos decirle: “Señor, en 1 Timoteo 2:4 dice que tú quieres que todos los hombres sean salvos. Muy bien. Ahora yo te pido, de acuerdo con lo que tú mismo has dicho en tu Palabra, que Fulanito llegue a ser salvo.” Cuando oramos las promesas de Dios, ¡debemos saber que podemos esperar una respuesta! Por otra parte, los versículos memorizados también enriquecen notablemente nuestra oración. Casi cada pasaje puede transformarse en un motivo de petición, de adoración, o de acción de gracias.

5. Porque nos equipan para aconsejar a otros.

Cualquier consejero cristiano puede decirte que lo mejor que puedes hacer para aconsejar a otros es tener guardado un arsenal de versículos en tu mente. No existe mejor biblioteca que tu cerebro. Dijo Jesús: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.” (Juan 14:26) Nota bien que la función del Espíritu es recordarnos (no dictarnos) las palabras de Cristo. Exponer a la persona a la Palabra no solo le permite encontrar por sí misma la verdad, sino que también la entusiasma para volver a ella en busca de nuevas respuestas. Como alguien dijo una vez: “La mejor forma de alentar a una persona a leer la Biblia es respondiendo sus preguntas con la Biblia.”

6. Porque nos ayudan a resistir las tentaciones en nuestra vida diaria.

¿Recuerdas las tentaciones de Jesús? ¿Recuerdas de qué manera le hizo frente a Satanás? Las tres veces le respondió de la misma manera: "Escrito está..." En otras palabras, ¡Jesús lo venció citando de memoria tres pasajes del Antiguo Testamento! Apenas pueda suceder alguna situación de tentación en nuestras vidas, podemos repetir para nosotros mismos el versículo siguiente: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de los que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” (1 Corintios 10:13) ¿Cómo podremos hacer esto si no tenemos el versículo almacenado en nuestra mente?

7. Porque nos ayudan a mantener puros nuestros pensamientos.

Una de las conversaciones más frecuentes que mantienen los cristianos sinceros que quieren llevar una vida de santidad es su lucha con las imágenes “podridas”. ¡Todos tenemos este problema! Nuestra mente tiene almacenados cientos de pensamientos e imágenes sucias con las que somos bombardeados continuamente. ¿Cómo solucionamos este problema? Dice el Salmo 119:11, “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.” Lo mejor que puedes hacer para contrarrestar este ataque en atesorar la verdad de Dios en tu corazón. Como alguien dijo una vez: “Un corazón lleno de tesoros deja muy poco espacio para la basura”. Como dice Pablo en Filipenses 4:8: “Por último, hermanos, piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo justo, todo lo puro, todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza.” ¿Conoces alguna manera mejor de cumplir este mandamiento que memorizando versículos?

8. Porque nos permiten conocer mejor a Dios.

Reflexionemos un momento: ¿Se enoja Dios conmigo? ¿Es capaz de castigarme? ¿Cuántas veces va a perdonarme un mismo pecado? ¿Le duele cuando sufro? Déjame hacerte otra pregunta. ¿Necesitas recordar las respuestas a estas preguntas en un momento de debilidad? “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor hecha fuera el temor, porque el temor involucra castigo...” (1 Juan 4:18) ¿Cuán bien conoces a tu Dios?

9. Porque nos devuelven la fuerza en tiempos de prueba.

Dice el salmista: “Ella es mi consuelo en mi aflicción, porque tu dicho me ha vivificado.” Recuerdo cuán importante fue para mí 2 Corintios 1:3,4 en uno de los momentos más dolorosos de mi vida. Varias veces al día solía ir a mi cuarto de oración y, llorando, le pedía a Dios que al menos utilizara mi profundo sufrimiento para consolar a otros. Dice el apóstol en ese pasaje: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.” ¿Necesito aclarar que lo hizo?

10. Porque nos permiten tener un mejor conocimiento de la Biblia.

Cuantos más versículos sepas, más simple te será leer la Biblia, más fácil te resultará entenderla y más tesoros encontrarás en ella. Un grupo de mujeres que conozco, hizo un estudio bíblico de 1 Corintios y se les ocurrió memorizar un versículo de cada capítulo para recordar mejor de qué hablaba todo el libro. Por otra parte, memorizar versículos también te será tremendamente útil para preparar un sermón o dar una charla. Como puedes ver, ¡los beneficios de memorizar la Palabra no tienen límites!.

11. Porque nos permiten alimentar nuestro espíritu y crecer a través de la meditación.

Dios le ordenó a Josué: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a lo todo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” (Josué 1:8) Pedro nos ordena a nosotros: “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.” (1 Pedro 2:2)

CÓMO MEMORIZAR UN VERSÍCULO EFECTIVAMENTE
Es posible que pienses: “¿Cómo memorizar un versículo? Eso no es ninguna ciencia. Lo memorizo y listo.” ¡Error! ¡Memorizar sí es una ciencia! ¿Quieres saber por qué? Porque tu objetivo no es poder citar el versículo el día que te juntes con tu grupo sino poder recordarlo por el resto de tu vida.

Primer paso:

Copia con mucho cuidado el versículo en una tarjeta. Te digo por experiencia propia que lo peor que te puede pasar es haber copiado un versículo erróneamente, y, luego de haberlo memorizado, intentar corregir los errores en tu memoria. Te puedo asegurar que te harás un lío cada vez que intentes repetirlo. Por esta razón, ten mucho cuidado cuando transcribas el pasaje. En cuanto al tamaño de la tarjeta, puede variar según tu capacidad para leerla. Hay personas que por una cuestión de visión necesitarán utilizar tarjetas un poco más grandes. Lo más importante es que puedas llevar las tarjetas contigo donde quiera que vayas. He aquí un ejemplo de cómo debería verse tu versículo:




Segundo paso:
Lee el versículo en voz alta varias veces. En este segundo paso, utiliza tu tarjeta para leer el versículo. Cuanto más familiarizado estés con tu propia letra, el color de la tinta, la cita bíblica y aún con la misma tarjeta; más grande será tu capacidad de retención. Especialmente si tienes memoria fotográfica.

Tercer paso:

Aprende la cita bíblica y la primer frase como una unidad. Esto te permitirá asociar automáticamente la cita con las primeras palabras del versículo. Una vez que puedas hacer esto, notarás como el resto del versículo sale con toda naturalidad. En el caso del pasaje de arriba, la forma de aplicar este tercer paso sería repetir en voz alta por lo menos diez veces: “Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo”. “Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo”. “Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo”...

Cuarto paso:

Después de que hayas repasado la cita y la primer frase por lo menos diez veces, agrega la segunda frase. Ve agregando gradualmente más frases hasta que aprendas todo el versículo. Vuelve a repetir la cita al final.

Quinto paso:

Siempre repasa el versículo comenzado por la cita, siguiendo con el pasaje y terminando nuevamente con la cita.

La única manera de clavar un clavo y evitar que se salga es dándole unos cuantos martillazos. La única manera de memorizar un versículo y evitar que lo olvides es repasándolo. Recuerda esto mejor que el Padrenuestro:



Si repasas un versículo cada día por seis meses, 
podrás recordarlo por el resto de tu vida.

La llave del éxito en la memorización está en:
¡REPASAR, REPASAR, REPASAR!



CÓMO REPASAR UN VERSÍCULO EFECTIVAMENTE.
Permítenos darte diez sugerencias prácticas para repasar un versículo efectivamente:

1. Nunca te olvides de repetir la cita bíblica antes y después de decir el versículo.
La cita es lo que más fácilmente aprendemos pero también es lo que más fácilmente olvidamos. La mejor forma de no perder la “dirección” de un versículo es repitiéndola dos veces; una vez al comenzar a citar el pasaje y otra cuando terminas de hacerlo.

2. Copia el versículo en hojas borrador para poder recordarlo.
Una buena manera de “clavar” más profundamente los versículos que más nos cuestan es copiarlos varias veces en una hoja borrador. No dudes de valerte de este recurso cada vez que lo necesites.

3. Repasa tus versículos leyendo el pasaje en voz alta.
Hay dos maneras de repasar un versículo, repetirlo silenciosamente en tu mente o leerlo varias veces en voz alta. La segunda forma es mucho más efectiva que la primera. Al leer el pasaje en voz alta, estarás utilizando no solo tu mente, sino tres de tus cinco sentidos: la vista, la voz y el oído. Cuantos más sentidos involucres al proceso de memorización, más gravados quedarán los pasajes. Por otra parte, leer los versículos te evitará memorizar el pasaje con posibles errores involuntarios que puedas llegar a cometer mientras tu mente divaga en otros pensamientos.

4. Marca los versículos que hayas memorizado en tu Biblia.
Esto te permitirá tenerlos presentes cada vez que abras tu Biblia y te será muy útil para ir relacionándolos con el contexto correspondiente. Algo que personalmente me ha ayudado mucho ha sido subrayar todos los versículos que he aprendido de memoria con un mismo color. Esto me permite asociarlos con la idea central del pasaje y también repasarlos a medida que leo todo el capítulo.

5. Coloca tus versículos en lugares “estratégicos”.
Poner versículos en lugares que frecuentas diariamente te permitirá repasarlos mientras haces otra tarea. He aquí algunas sugerencias acerca de dónde puedes colocar versículos:

• Arriba del mesón de la cocina.
• En el espejo de baño.
• En la puerta de la nevera.
• En el lavadero.
• Cerca del teléfono,
• En el descanso de pantalla de tu computadora
• En un lugar visible de tu auto.
• En tu mesa de noche.
• En tu escritorio.
• Cerca de la cama.
• Utilizar el versículo como señalador cuando lees un libro.


6. Establece un plan de memorización.
Una de las mejores cosas que puedes hacer es decidir de antemano cuántos versículos planeas memorizar en un año. He aquí tres ejemplos que puedes seguir:
Plan A: 2 versículos por semana = 104 en un año
Plan B: 3 versículos por semana = 156 en un año
Plan C: 5 versículos por semana = 260 en un año


7. Busca algún amigo al cual le puedas “rendir cuentas”.

El hombre más sabio del planeta dijo: “Mejores son dos que uno...” (Eclesiastés 4:9) Tenía razón. Lo mejor que puedes hacer para tener éxito en memorizar efectivamente la Biblia es encontrar un amigo (puede ser tu discípulo) que tenga el mismo deseo. Esto los animará a ambos y les permitirá tener un compañero de batalla para rendir cuentas y contarle si se han mantenido fieles al plan de memorización que han establecido. Cuando repasen juntos los versículos, asegúrate de que la persona que los esté tomando lea el pasaje mientras el otro lo cita. Por más que lo sepa de memoria, es conveniente hacerlo de esta manera. Por otra parte, si la persona que lo está citando se equivoca, su amigo debe hacerle saber por medio de alguna seña que ha cometido un error. Sin embargo, no hay que ayudarlo hasta que él lo pida. De esta manera, le estaremos dando la
oportunidad de que piense un momento y pueda corregir su propio error. En caso de que se equivoque, debemos pedirle que vuelva a citarlo hasta que pueda decirlo perfectamente.

8. Repása los versículos

Trata de repasar todos los versículos memorizados todos los días y luego practica el nuevo versículo, así estarás evitando que se te olviden los primeros aprendidos.


Lista de versículos para Memorizar:

A continuación hay varios pasajes bíblicos para memorizar que son esenciales en la fe y para el diario vivir. Enfócate en uno a la vez hasta que te los sepas todos:

Isaías 9:6
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.


Isaías  40:31 

Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

Salmos 4:8
En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.


Salmos 27:1

Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?

Salmos 34:7
El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende.


Salmos 37:4,5

Sal 37:4 Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Salmos 111:10
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová.


Salmo 119:11
 En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.


Salmos 119:105
Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.


Mateo 5:48
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.


Mateo 28:19
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Lucas 19:10
Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Juan 1:12
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.


Juan 3:16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan 10:10
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.


Juan 14:6
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Hechos 4:12
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.


Romanos 1:16-17
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.


Romanos 3:23
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.



Romanos 6:23
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.


Romanos 8:28

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Romanos 8:39 
Ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Romanos 12:1
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.

1 Corintios 10:13 

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

1 Corintios 6:19
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?



1 Corintios 13:13
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.


2 Corintios 5:17
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 


Gálatas 2:20
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Gálatas 5:22-23
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.


Efesios 6:12 

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Filipenses 4:6 
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

Filipenses 4:8
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.


Filipenses 4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.


Filipenses 4:19
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.


2 Timoteo 3:16
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.


Hebreos 11:1
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.


Santiago 4:7

Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.

1 Juan 1:9
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

1 Juan 4:8
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.


Apocalipsis 1:7
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. 


Apocalipsis 3:20
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.