domingo, 28 de diciembre de 2014

¿Que significa ser Discípulo?



En el libro de los Hechos podemos ver claramente, lo importante que era para el apóstol Pablo formar discípulos y no simplemente convertidos.
El libro de Los Hechos nos enseña en 14:21-22: ...confirmar los ánimos de los discípulos y exhortarlos a que permaneciesen en la fe….
La Palabra CONFIRMAR en el griego original significa: sobre un apoyo, fortalecer, en otras palabras, hacer firme, seguro. Implica servir de soporte o sostén a alguien. Es tener en quien apoyarse para salir adelante.
Tenemos que aprender a apoyar y a sostener a los nuevos creyentes en la fe. Es como un niño recién nacido, necesita de nuestra atención.
La palabra EXHORTAR significa apremiar a alguien para que siga un curso de conducta,. Es animar, alentar a una persona para que se mantenga en el camino escogido. Es corregir “con amor ” animando a que alcance el objetivo.
Los nuevos discípulos requerirán un apoyo similar. Los cuidados de la madre en las primeras horas de la vida de un recién nacido son vitales, al igual que los cuidados y la atención en los próximos meses. De no ser así el pequeño moriría o seria victima de las circunstancias.
 Así como un bebe no puede valerse por si mismo, por no contar con la capacidad para defenderse, alimentarse o sobrevivir, el nuevo creyente no podrá prevalecer en la vida cristiana sin el cuidado oportuno de sus guías o líderes espirituales.
 Por esta razón Pablo regresó para apoyar a los recién convertidos. No le importo arriesgar nuevamente su vida por amor a ellos.
 El amor debe ser el motor que  nos lleva a servir a Dios. El amor nos permite soportar la persecución, el menosprecio, la traición..(II Timoteo 2:3, 10). Tenemos que estar siempre dispuestos a cuidar y a ayudar en todo lo posible a los hermanos, especialmente a los nuevos. (II Tesalonicenses 2:5-7)   Leer 1ª Corintios 13.
3 Cosas fundamentales
a) Conocer la palabra
Todos los hombres usados por Dios, a través de la historia le han dado un lugar prioritario en sus vidas a la Palabra de Dios. En ella encontraron la fuente de sabiduría y crecimiento espiritual.
Juan 3:11 dice que de lo que sabemos hablamos y no hay forma de saber de la Biblia, si no sacamos tiempo para leerla, estudiarla y memorizarla. Necesitamos mantenernos en total dependencia de la Palabra, solo así tendremos algo para dar a otros que se acerquen a nosotros buscando consejo o ayuda.
Si aprendemos a valorar y a darle el lugar que se merece en nuestras vidas el Espíritu Santo siempre tendrá donde echar mano para recordarnos los pasajes adecuados en el momento que los necesitemos (Juan 14:26)
Jesús nos dio ejemplo al derribar todo argumento que el diablo le presentaba en el desierto diciendo: Escrito está” utilizando de esa manera la Palabra de Dios.
Charles Spurgeon leyó la Biblia mas de 100 veces y dijo: “La ultima vez la encontré mucho mas hermosa que la primera vez”
 b) Disposición:
Colosenses 3:23: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”
Una de las cosas que mas le agrada al Señor es que hagamos nuestra labor como para El y no para ser vistos o reconocidos por los hombres. Debemos de hacer las cosas como El mismo las haría de estar en nuestro lugar. Como si de ello dependiera nuestra propia vida.
La disposición se refleja en la actitud que tenemos al hacer las cosas, aunque la orden que Dios nos este dando no sea la mas lógica para nuestro razonamiento o la que mas nos agrade.
Lo que pone de manifiesto mi disposición son las actitudes del corazón. Estas hablan por si solas y son captadas por quienes nos rodean; aun sin expresar una sola palabra. Muchas veces una imagen vale más que mil palabras.
Isaías 6:8 “Después oí la voz del Señor que decía: ¿A quien enviaré, y quien irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí envíame a mi”
 c) Oración:
Si en algo debemos ser especialistas es en la oración. Es por medio de ella que ganamos las grandes batallas. Hagamos de la oración el tiempo más especial de cada día. Evitemos que sea aburrida, mecánica y monótona. Hable con el Señor en forma sencilla, pero coherente, y diríjase confiada y honestamente porque El esta atento a nuestras palabras.

En la medida en que aprendamos a pasar tiempo en la presencia del Señor, su espíritu llenara nuestros corazones. Debemos interceder para que nuestras vendas espirituales caigan, y para que los que no conocen al Señor, le puedan conocer. Recuerde que la oración produce cambios en el mundo espiritual. La oración rompe cadenas (Jeremías 33:3 y Mateo 7:7-11)
Preguntas para reflexionar:
1. Por medio de la lectura de Filipenses 2:3-11 ¿Ha descubierto actitudes erróneas en tu forma de relacionarte con los demás?
2.¿Te consideras superior a los demás?
3.¿Crees que al humillarte perderás el respeto de los demás?
4.¿Tienes actitud de siervo?

El discípulo y la obediencia
Una de las evidencias más claras para identificar a un discípulo verdadero de Jesús es la obediencia. El verdadero discípulo es el que transita el camino angosto de la obediencia a Dios. Si alguien dice que es verdadero discípulo y hace sólo lo que siente y quiere, se puede dudar de él: sus hechos muestran lo contrario.

Samuel respondió: “¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan *holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y el prestar atención, más que la grasa de carneros. (1Sa 15:22 NVI).

Esta palabra, obedecer, viene del hebreo shamá. Aparece más de mil veces en la Biblia y significa: oír inteligentemente (no sólo oír, sino escuchar), prestar atención, prestar oídos. Con docilidad. Sólo el hecho de que aparezca más de mil veces en la Biblia nos habla de la importancia de la obediencia. 

Los apóstoles, luego de predicar con denuedo en las calles e incluso luego de hacer milagros en el nombre de Dios, fueron apresados. Un ángel los sacó de la prisión y les dijo “Vayan, preséntense en el templo y comuniquen al pueblo todo este mensaje de vida.” (Hechos 5.19) 

No podemos comunicar sólo una parte del mensaje, notemos que hay que comunicarlo TODO.  Luego de esto, la gente se enteró que ya no estaban en la cárcel y veamos qué respondieron los verdaderos discípulos: En esto, se presentó alguien que les informó: “¡Miren! Los hombres que ustedes metieron en la cárcel están en el templo y siguen enseñando al pueblo.” (26) Fue entonces el capitán con sus guardias y trajo a los apóstoles sin recurrir a la fuerza, porque temían ser apedreados por la gente. (27) Los condujeron ante el Consejo, y el sumo sacerdote les reclamó: (28) –Les hemos prohibido terminantemente enseñar en ese nombre. Sin embargo, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas, y se han propuesto echarnos la culpa a nosotros de la muerte* de ese hombre. (29) –¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! –respondieron Pedro y los demás apóstoles–. (Hec 5:25-29 NVI) 

El Verdadero Discípulo entiende que las órdenes del Señor son más altas que las de los hombres. 

Trabajando en equipo
Cuando Jesús llamo a sus discípulos les dijo que haría de ellos pescadores de hombres. Uno de los métodos mas usados para la pesca en Galilea es el siguiente:
Se ponen de acuerdo dos pescadores. Cada uno a un extremo del otro y luego, echan la red en medio de las dos barcas. Dentro de la red colocan pedazos de plomo con el fin de hundirlas, y cuerdas en los extremos para poder arrastrar de ella cuando sea necesario. Luego, uno de los pescadores empieza a virar su barca para encontrarse con el otro.
Es entonces cuando los hombres en tierra tiran de las cuerdas con gran fuerza y arrojan piedras para los peces se asusten y no se salga. Cuando se acercan a la playa se sostienen los extremos y se tira a la orilla. Allí los peces son juntados y clasificados según su especie.
Esta manera de pescar muestra la importancia del trabajo en equipo. Unos reman, otros tiran de las cuerdas, y otros tiran piedras. Que gran lección encierra este trabajo unido y cooperativo.
Como iglesia tenemos que aprender a trabajar en equipo, a reconocernos el uno al otro y a trabajar bajo autoridad. Es nuestro deber colaborar con el resto de nuestros hermanos para que la unidad de la iglesia sea una realidad y juntos podamos extender el Reino de Dios.

Principios para trabajar en equipo
Nos necesitamos los unos a los otros.  (1ª Corintios 12:18-27)
Debemos de aprender a trabajar en equipo colaborando con todos los hermanos y apoyando las actividades de la iglesia. (Hechos 2:43-47)
Trabajamos para autoridad. Respetando el orden establecido por Dios. (Efesios 5:21-25) (Romanos 13:1-2)
Somos un cuerpo y todos tenemos talentos, dones y cosas que aportar para el beneficio de desarrollo de la iglesia. (Romanos 12:4-8)

La santidad
Ser santos significa vivir apartados del pecado, consagrados y rendir nuestras vidas al Señor. Muchos confunden la santidad con una vida religiosa, guardando costumbres y tradiciones. Sin embargo la santidad no tiene nada que ver con eso.
En el libro de los Hechos podemos ver a la iglesia primitiva incentivando permanentemente a sus miembros a vivir en Santidad. Los apóstoles cuando daban la Santa Cena enfatizaban la necesidad de mantenerse sin pecado con el fin de que no hubiera juicio o muerte en sus vidas. (Hechos 2:42 – 1ª Corintios 11:29 – Hebreos 12:14)
Vivir en santidad significa tener una vida limpia. Cualquiera que aspire a ser usado por Dios en su obra deberá vivir en santidad, pues el Señor solo escogerá a instrumentos limpios por medio de los cuales pueda fluir para hacer su obra. En cualquier área de servicio (alabanza, Escuela Dominical, etc) donde tenemos que dar a los demás, nos tenemos que preparar de una manera diferente en lo que es nuestra vida de santidad.
Debemos de vivir lo mas cerca de Dios que podamos, examinándonos profundamente delante de El cada día, debemos tomar tiempo para que el Señor nos muestre como esta nuestro interior y remueva todo pecado de nuestras vidas, aún aquellos considerados sin importancia. Esta limpieza de corazón debe manifestarse en cada una de nuestras acciones y actitudes.
El pecado oculto, nos quita autoridad y el respaldo de Dios. No debemos nunca echarle la culpa a los demás de nuestros males, ni debemos justificarnos, debemos más bien, ir delante de Dios y ser sinceros. (Oseas 10:12)

  • Sembrar rectitud para sembrar misericordia.
  • Hacer barbecho, implica quebrantar nuestros corazones delante de Dios.

1ª Timoteo 3:7 nos habla de tener un buen testimonio con los de afuera. Vive reflejando el carácter de Cristo. El amor fue la clave del éxito de Jesús y lo manifestó desde el mismo momento que dejó su trono para hacerse igual a nosotros.
En Filipenses 2:1-11 Jesús nos da muestras palpables del verdadero significado del amor, olvidándose de si mismo y poniéndose en el lugar de las personas, viviendo con ellas sus aflicciones y problemas e identificándose con la gente.

Principios Básicos:
No estimarnos a nosotros mismos. vs. 6
Despojarnos de nosotros mismos. vs. 7
Tomar forma de siervos. vs. 7
Hacernos semejantes a los hombres (identificaros con su situación) Vs. 7
Humillarnos. vs. 8
Acercarnos considerando al otro como superior. vs. 3
Este es el modelo de un verdadero discípulo de Jesús.
Mateo 28:19-20
“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”
Hay mucha diferencia entre ser un creyente y ser un discípulo. Nuestro Señor Jesucristo, siempre fue honesto de sus invitaciones al discipulado. Jamás nos dejó la idea de que hay que rogarle a la gente para que se entregue. Tampoco nos insinuó, jamás, que hay que dejar a un lado convicciones o demandas de la fe para que las personas, que no están en Cristo, se resistan. Al contrario, Él siempre desafió la voluntad de los hombres y de las mujeres, y lo sigue haciendo hoy en día.
He aquí 25 diferencias entre un creyente y un discípulo
  • EL CREYENTE espera panes y peces.EL DISCÍPULO es un pescador.
  • EL CREYENTE lucha por creer. EL DISCÍPULO lucha por reproducirse.
  • El CREYENTE se gana el DISCÍPULO se hace.
  • EL CREYENTE depende de la leche espiritual para sobrevivir.EL DISCÍPULO come sólido,  creciendo y madurando,  listo para servir.
  • EL CREYENTE hace hábitos y cae en la rutina. EL DISCÍPULO rompe moldes, y tradiciones.
  • EL CREYENTE espera que le asignen tareas. EL DISCÍPULO está siempre listo para asumir responsabilidades.
  • EL CREYENTE murmura y reclama. EL DISCÍPULO obedece y se niega a sí mismo.
  • EL CREYENTE depende de las circunstancias para servir. EL DISCÍPULO aprovecha las circunstancias para ejercer su fe.
  • EL CREYENTE es “Yo” para que le den y le sirvan. EL DISCÍPULO es “Ellos” para dar y servir.
  • EL CREYENTE se sienta a adorar. EL DISCÍPULO es un adorador.
  • EL CREYENTE dice “la unión del Espíritu Santo es la meta”. EL DISCÍPULO dice “la unión es el punto de partida”.
  • EL CREYENTE esta para sumar. EL DISCÍPULO esta para multiplicar.
  • EL CREYENTE tiene la visión de la comunidad. EL DISCÍPULO tiene la visión de Cristo y de la Iglesia.
  • EL CREYENTE espera milagros. EL DISCÍPULO obra milagros.
  • EL CREYENTE cuida las estacas de su tienda. EL DISCÍPULO ensancha el sitio de su cabaña.
  • EL CREYENTE su meta es llegar al cielo. EL DISCÍPULO su meta es ganar almas para el cielo.
  • EL CREYENTE necesita de campaña y música para animarse. EL DISCÍPULO vive en campaña porque está animado.
  • EL CREYENTE espera un avivamiento. EL DISCÍPULO es parte del avivamiento.
  • EL CREYENTE agoniza sin morir. EL DISCÍPULO muere y resucita en Cristo Jesús para dar vida.
  • EL CREYENTE es miembro. EL DISCÍPULO es siervo.
  • EL CREYENTE se enreda con la cizaña del diablo. EL DISCÍPULO sabe bien sus artimañas y no se deja confundir.
  • EL CREYENTE es “algún día”  EL DISCÍPULO es “heme aquí”.
  • EL CREYENTE quizás predique el evangelio. EL DISCÍPULO hace discípulos.
  • EL CREYENTE maduro se hace discípulo. EL DISCÍPULO maduro asume los ministerios del Cuerpo de Cristo.
  • EL CREYENTE, Jesús es el Salvador. EL DISCÍPULO, Jesús es el Señor.
Todo discípulo es un creyente, pero no todo creyente es un discípulo. ¿Quién eres tú?

Entradas relacionadas:
- ¿Como cristianos debemos bautizarnos?

Visión y Misión

VISIÓN

Esto para cumplir el propósito que el Señor Jesucristo nos dejó en la Gran Comisión (Mateo 28:18-20). Anhelamos pues, ser una parte activa de esta Gran Comisión a través de la predicación del evangelio de la gracia de Dios, el discipulado y las misiones mundiales.

Creemos que la iglesia cristiana debe influenciar también a la sociedad donde se desarrolla fuera de sus muros y no solamente dentro de ellos.

Estamos convencidos que una de las principales necesidades del liderazgo espiritual actual es una mejor preparación teológica, por lo que dedicamos gran parte de nuestro tiempo en preparar a esta futura clase de líderes del reino de Dios.

Oramos que nuestra congregación "Siervos de Elohim" pueda siempre ser dirigida por el Espíritu Santo, luchando y avanzando el reino de Dios en todo lugar, derribando fortalezas espirituales que se oponen al conocimiento de Dios, ofreciendo una esperanza viva a las personas que viven en tinieblas, en respuesta a los principales problemas de la vida y extendiendo el amor de Dios a los necesitados y quebrantados de corazón.

Podemos ver así, a una nueva generación de valientes soldados del reino de Dios y llenos del Espíritu Santo para presentar defensa de nuestra fe y arrebatar las almas del enemigo.

MISIÓN

La iglesia que Dios busca para mostrar Su poder es la que trabaja con una misma visión y bien dirigida por líderes maduros para que pueda formar parte de la Gran Comisión de nuestro Señor Jesucristo. Existen cinco ministerios que deben ser prioridad de toda iglesia cristiana:

ORACIÓN (Efesios 3:20; 6:18; 1 Tesalonicenses 5:17; 1 Timoteo 2:1-4)
La oración es el arma más poderosa que Dios nos ha revelado para cambiar las cosas y descubrir Su voluntad.
Esta es la razón por la cual nos hemos preocupado por levantar y aumentar las reuniones y los grupos de oración e intercesión.Los corazones de hombres, mujeres, jóvenes y niños pueden experimentar la paz que hay cuando acudimos al trono de la gracia.

EVANGELISMO (Mateo 28:18-20; 2 Timoteo 4:5) 
Es nuestra responsabilidad motivar a nuestros discípulos la pasión por las almas perdidas, pues, ¿de qué otra manera pueden salvarse las almas si no hay quien les predique?
Todo cristiano debe ser un testigo fiel de lo que el Señor ha hecho en su vida y la motivación a ganar las almas es básico en la vida de todo creyente y de toda iglesia.

DISCIPULADO (2 Timoteo 2:2)Las personas dentro de cada iglesia deben de ser alimentadas y fortalecidas espiritualmente con la Palabra de Dios.Es vital mantener con sumo cuidado el desarrollo de los estudios bíblicos con los discípulos principiantes y avanzados, vigilando continuamente su enseñanza para que crezcan en la gracia y conocimiento del Señor Jesucristo.Todo cristiano tiene la responsabilidad de presentar defensa de la fe, instar, corregir, instruir, edificar y exhortar en todo tiempo.

MISIONES (Juan 17:18; Mateo 28:18-20)Existen dentro de las iglesias muchos hombres y mujeres con un gran amor por las almas perdidas y con firmes convicciones de servir al Señor en otros lugares del mundo.Cada pastor de la iglesia debe evaluar y discernir que estos misioneros potenciales realmente tenga este llamado genuino para servir al Señor en otras naciones o diversos lugares geográficos del mundo.
Estos discípulos deben ser apoyados espiritualmente y moralmente hasta el tiempo de su partida, y la iglesia debe orar constantemente por los lugares geográficos adonde el Señor les quiera enviar para que vayan a sembrar la preciosa semilla de la Palabra de Dios.

ALABANZA Y ADORACIÓN (Efesios 4:19; Salmos 149, 150)Debemos empapar los corazones de esta nueva generación sedienta por aguas frescas con alabanzas que lleguen al mismo trono de Dios.
Cambiar, restaurar, alegrar y alentar a las almas es un gran desafío para todos nosotros.Preparamos grupos de jóvenes discípulos vocalmente, en el uso de instrumentos musicales, coreografías y escenografías para mostrar al mundo entero que las aguas frescas de la alabanza y adoración sincera pueden estar llenas de amor a Su obra, de entusiasmo, energía y gran gozo, demostrando de esta manera nuestra gran gratitud y amor a nuestro Dios.

Tema relacionado: Declaración de Fe de nuestra congregación.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

¿Conoces que es la Gran Comisión?




La gran comisión es el mandato de Jesús descrito en Mateo 28:19-20: 

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” 

Jesús dio este mandamiento poco antes de ascender al cielo. Esto es, compartir el mensaje de salvación para transformación de todo el que crea en Él.  Como cristianos debemos anhelar cumplir este mandato del Señor de proclamar el evangelio de la gracia de Dios y hacer discípulos a todas las naciones. ¿Estas dispuesto a ganar almas para Cristo?


Es interesante que en el original griego, el único mandamiento específico en Mateo 28:19-20  sea “id” y “haced discípulos.” La Gran Comisión nos ordena hacer discípulos a nuestro paso por el mundo y mientras nos ocupamos de nuestras actividades diarias. ¿Cómo vamos a hacer discípulos? Bautizándolos y enseñándoles todo lo que Jesús ordenó. “Id,” y “haced discípulos” son los mandatos de la Gran Comisión, “Bautizándolos” y “enseñándoles” son los medios por los cuales cumplimos con el aspecto de “haced discípulos” de la Gran Comisión.



Muchos entienden Hechos 1:8  como parte también de la Gran Comisión, “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” La Gran Comisión es habilitada por el poder del Espíritu Santo. Nosotros debemos ser los testigos de Cristo, cumpliendo la Gran comisión en nuestras ciudades (Jerusalén), en nuestros estados y países (Judea y Samaria), y en cualquier otro lugar donde Dios nos envíe (hasta lo último de la tierra).



Aunque la comisión es un mandamiento, es mucho más que eso. Cuando una persona recibe una comisión, se le da la autoridad de hacer algo de parte de otro. El Apóstol Pablo se dio cuenta de esto cuando dijo que era embajador’en nombre de Cristo (2 Cor. 5:20).


Por eso, cuando Dios llama a un ministro para que predique el evangelio, él recibe órdenes que tiene que obedecer. También recibe el mandato de representar a Cristo. ¡El no debe esperar más autoridad que ésta!

CON LA COMISIÓN FUE DADA UNA PROMESA:


Mateo 28:20 “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”



Tan importante es la comisión que Jesús prometió acompañar a los que osan obedecerla. La promesa no fue sólo para un corto tiempo sino para todos los días, hasta el fin del mundo.” Las palabras `fin del mundo” quieren decir “consumación de los siglos.”



Es maravilloso notar que cuando los discípulos obedecieron la comisión, Jesús cumplió esta promesa. Notemos con cuidado el versículo final del evangelio de Marcos: “Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confir­mando la palabra con las señales que la seguían.” Nunca debemos olvidar esta promesa de nuestro Señor. El Señor obrará con nosotros y confirmará la Palabra con señales.



A continuación, una predica del Pastor Paul Washer, en español, sobre la Gran Comisión. 


Conferencia Misionera para Pastores y Lideres
Tema: El Evangelio verdadero (1ra. Sesión)
Enero, 2008

lunes, 22 de diciembre de 2014

Declaración de Fe

LO QUE CREEMOS

Creemos que existe solamente un vivo y soberano Dios, existiendo eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Creemos en la deidad de Jesucristo, en su nacimiento virginal, en su vida sin pecado, en su sacrificio vicario y expiatorio en la cruz para la redención del hombre, en su resurrección corporal, en su ascensión y en su regreso físico en poder y gloria para reinar en esta tierra.
Creemos en el Ministerio presente del Espíritu Santo al bautizar, sellar, y llenar al creyente para su servicio en el Reino de Dios.
Creemos en la inspiración verbal y total tanto en el Antiguo, como en el Nuevo Testamento y que la Biblia es la única regla de fe y conducta para la vida del cristiano.
Creemos que todos los hombres están perdidos y separados de Dios por el pecado y que su única esperanza y salvación es a través de la sangre de Jesucristo, derramada en el Calvario.
Creemos que es Dios quien nos equipa de modo que podamos alcanzar con éxito su propósito para nuestras vidas, desempeñando nuestro papel dentro de la Iglesia y sirviendo a la comunidad en donde vivimos.
Creemos que nuestro destino eterno del cielo o del infierno es determinado por nuestra fe en la obra de Jesucristo en la cruz.

DECLARACIÓN DE FE

La Biblia es nuestra única regla, toda suficiente de fe y conducta. De ella se deriva la siguiente DECLARACIÓN DE FE como fundamento doctrinal que nos rige en el aprendizaje y enseñanza de la Palabra de Dios. 1era de Corintios 1:10; Hechos 2:42; Efesios 4:13. A continuación nuestra Declaración de Fe :

1. La inspiración de las Escrituras
Las Escrituras, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, son verbalmente inspiradas por Dios y son la revelación de Dios para el hombre, la regla infalible y autoritaria de fe y conducta (2 Timoteo 3:15-17; 1 Tesalonicenses 2:13; 2 Pedro 1:21).
2. El único Dios verdadero
El único Dios verdadero se ha revelado como el eterno existente en sí mismo "YO SOY", el Creador del cielo y de la tierra y Redentor de la humanidad. Se ha revelado también encarnando los principios de relación y asociación como el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo (Deuteronomio 6:4; Isaías 43:10,11; Mateo 28:19; Lucas 3:22).
LA DEIDAD ADORABLE
(a) Definición de vocablos
Los vocablos trinidad y personas, según se relacionan con la Deidad, aunque no se encuentran en la Biblia, son vocablos que están en armonía con ella, por lo tanto podemos comunicar a los demás nuestro entendimiento inmediato de la doctrina de Cristo respecto al Ser de Dios, según se distingue de "muchos dioses y muchos señores". Por tanto podemos hablar debidamente del Señor nuestro Dios, que es un solo Señor, como una Trinidad o como un Ser de tres personas, sin apartarnos por ello de las enseñanzas bíblicas (como ejemplo, Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14; Juan 14:16,17).
(b) Distinción y relación en la Deidad

Cristo enseñó una distinción de personas en la Deidad que expresó en términos específicos de relación, como Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero que esta distinción y relación, en lo que a su forma se refiere es inescrutable e incomprensible, pues la Biblia no lo explica (Lucas 1:35; 1 Corintios 1:24; Mateo 11:25-27; 28:19; 2 Corintios 13:14; 1 Juan 1:3, 4).


(c) Unidad del Único Ser del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo 

Por lo tanto, de la misma manera, hay eso en el Padre que lo constituye Padre y no Hijo; hay eso en el Hijo que lo constituye Hijo y no Padre; y hay esoen el Espíritu Santo que lo constituye Espíritu Santo y no Padre ni Hijo. Por lo que el Padre es el Engendrador; el Hijo es el Engendrado; y el Espíritu Santo es el que procede del Padre y del Hijo. Así que, por cuanto estas tres personas de la Deidad están en un estado de unidad, existe un solo Señor Dios Todopoderoso y tiene un solo nombre (Juan 1:18; 15:26; 17:11, 21; Zacarías 14:9).


(d) Identidad y cooperación en la Deidad

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son idénticos en lo que respecta a persona; ni se les confunde en cuanto a relación; ni están divididos en cuanto a la Deidad; ni opuestos en cuanto a cooperación. El Hijo está en el Padre y el Padre está en el Hijo en cuanto a relación. El Hijo está con el Padre y el Padre está con el Hijo, en cuanto a confraternidad. El Padre no procede del Hijo, sino el Hijo procede del Padre, en lo que respecta a autoridad. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, en cuanto a naturaleza, relación, cooperación y autoridad. Por tanto, ninguna de las personas de la Deidad existe ni opera separada o independientemente de las otras (Juan 5:17-30,32,37; 8:17,18).


(e) El título Señor Jesucristo

El título Señor Jesucristo es un nombre propio que expresa su soberanía, misión y exaltación. En el Nuevo Testamento nunca se le aplica al Padre ni al Espíritu Santo. Por tanto pertenece exclusivamente al Hijo de Dios (Romanos 1:1-3,7; 2 Juan 3).

El Señor Jesucristo en cuanto a su naturaleza humana es el único y propiamente engendrado del Padre. Por lo tanto él es el Hijo del Hombre, quien por ser Dios, es Emmanuel: Dios con nosotros. Is. 7:14, puesto que el nombre de Emmanuel comprende a Dios y al hombre en una sola persona, engendrado en María. Mt. 1:23; 2 Jn. 3:8; Heb. 7:3; 1 Jn. 4:2-10; Ap. 1:13-17.


(f) El Señor Jesucristo, Dios con nosotros

El Señor Jesucristo, en lo que respecta a su naturaleza divina y eterna, es el verdadero y unigénito Hijo del Padre, pero en lo que respecta a su naturaleza humana, es el verdadero Hijo del Hombre. Por lo tanto, se le reconoce como Dios y hombre; quien por ser Dios y hombre, es "Emanuel", Dios con nosotros (Mateo 1:23; 1 Juan 4:2,10,14; Apocalipsis 1:13,17).


(g) El título Hijo de Dios

Siendo que el nombre Emanuel abarca lo divino y lo humano, en una sola persona, nuestro Señor Jesucristo, el título Hijo de Dios describe su debida deidad, y el título Hijo del Hombre su debida humanidad. De manera que el título Hijo de Dios pertenece al orden de la eternidad, y el título Hijo del Hombre al orden del tiempo (Mateo 1:21-23; 2 Juan 3; 1 Juan 3:8; Hebreos 7:3; 1:1-13)


(h) Transgresión de la doctrina de Cristo

Por tanto, es una transgresión de la doctrina de Cristo decir que el Señor Jesús derivó el título de Hijo de Dios sólo del hecho de la encarnación, o por su relación con la economía de la redención . De modo que negar que el Padre es un Padre verdarero y eterno y que el Hijo es un Hijo verdadero y eterno es negar la distinción y relación en el Ser de Dios; una negación del Padre y del Hijo; y una substitución de la verdad de que Jesucristo fue hecho carne (2 Juan 9; Juan 1:1,2,14,18,29,49; 1 Juan 2:22,23; 4:1-5; Hebreos 12:2).


(i) Exaltación de Jesucristo como Señor

El Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, después de limpiarnos del pecado con su sangre, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, sujetándose a El ángeles, principados, y potestades. Después de ser hecho Señor y Cristo, envió al Espíritu Santo para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla y confiese que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios el Padre hasta el fin, cuando el Hijo se sujete al Padre para que Dios sea todos en todo (Hebreos 1:3; 1 Pedro 3:22; Hechos 2:32-36; Romanos 14:11; 1 Corintios 15:24-28).


(j) Igual honor para el Padre y el Hijo

Siendo que el Padre ha dado al Hijo todo juicio, no es solo un deber de todos en el cielo y en la tierra postrarse ante El, sino que es un gozo inefable en el Espíritu Santo adscribir al Hijo todos los atributos de la deidad y rendirle todo el honor y la gloria contenidos en todos los nombres y títulos de la Deidad excepto los que denotan relación (ver los párrafos b, c y d), honrando así al Hijo como se honra al Padre (Juan 5:22,23; 1 Pedro 1:8; Apocalipsis 5:6-14; Filipenses 2:8,9; Apocalipsis 7:9,10; 4:8-11).

3. La Deidad del Señor Jesucristo
El Señor Jesucristo es el eterno Hijo de Dios. La Biblia declara:
(a) Su preexistencia Jn.1:1; Col.1:16.
(b) Su nacimiento virginal (Mateo 1:23; Lucas 1:31,35).
(c) Su vida sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22).
(d) Sus milagros (Hechos 2:22; 10:38).
(e) Su obra vicaria en la cruz (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21).
(f) Su resurrección corporal de entre los muertos (Mateo 28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 15:4).
(g) Su exaltación a la diestra de Dios (Hechos 1:9, 11; 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).
(h) Su segunda venida. Mt. 24:30; Jn 14:2; Hch. 1:11.

4. Dios Espíritu Santo
Creemos en el Espíritu Santo como una persona incorpórea, pero real por poseer todo aquello que constituye una personalidad, capaz de pensar, sentir y determinar. 1 Co. 2:10-13, 12:11; Ro. 8:26; Hch. 13:2-4, 7; Ef. 4:30.

Creemos que el Espíritu Santo es una persona distinta del Padre y del Hijo, ya que existe n operaciones que lo distinguen de los mismos. Ejemplo: El Padre y el Hijo lo envían. Mt. 28:19; Jn. 14:16, 15:26; 2 Co.13:13.


Creemos que el Espíritu Santo es una persona divina, a quien las Escrituras le aplican atributos de Dios: Eternidad He. 9: 14, Omnisciencia Jn. 14: 26, 16: 12-13. Omnipotencia Lc. 1: 35, Omnipresencia Sal. 139: 7-10 y a quien se le confiere igualdad de majestad y rango: Mt. 28: 19; 1 Co. 12: 2-6; Mt. 12: 31; Hch. 5:3. 3.
5. La caída del hombre
El hombre fue creado bueno y justo; porque Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". Sin embargo, el ser humano por su propia voluntad cayó en transgresión, incurriendo así no sólo la muerte física sino también la espiritual, que es la separación de Dios (Génesis 1:26, 27; 2:17; 3:6; Romanos 5:12-19).
6. La salvación del hombre
La única esperanza de redención para el hombre es a través de la sangre derramada de Jesucristo, el Hijo de Dios.
(a) Condiciones para la salvación. 
La salvación se recibe a través del arrepentimiento para con Dios y la fe en el Señor Jesucristo. El hombre se convierte en hijo y heredero de Dios según la esperanza de vida eterna por el lavamiento de la regeneración, la renovación del Espíritu Santo y la justificación por la gracia a través de la fe (Lucas 24:47; Juan 3:3; Romanos 10:13–15; Efesios 2:8; Tito 2:11; 3:5–7).

(b) Evidencias de la salvación. 
La evidencia interna de la salvación es el testimonio directo del Espíritu (Romanos 8:16). La evidencia externa ante todos los hombres es una vida de justicia y verdadera santidad (Efesios 4:24; Tito 2:12).

7. Las ordenanzas de la iglesia (reales sacramentos de la iglesia de Cristo)
(a) El bautismo en agua
Las Escrituras establecen la ordenanza del bautismo en agua por inmersión. Todos los que se arrepienten y creen en Cristo como Salvador y Señor deben ser bautizados. De esta manera declaran ante el mundo que han muerto con Cristo y que han sido resucitados con El para andar en nueva vida (Mateo 28:19; Marcos 16:16; Hechos 10:47, 48; Romanos 6:4).

(b) La santa Comunión.
 La Cena del Señor, que consiste en la participación de las especies eucarísticas (el pan y el fruto de la vid) es el símbolo que expresa nuestra participación de la naturaleza divina de nuestro Señor Jesucristo (2 Pedro 1:4); un recordatorio de sus sufrimientos y su muerte (1 Corintios 11:26); y una profecía de su segunda venida (1 Corintios 11:26); y un mandato para todos los creyentes "¡hasta que él venga!

8. El bautismo en el Espíritu Santo
Todos los creyentes tienen el derecho de recibir y deben buscar fervientemente la promesa del Padre, el bautismo en el Espíritu Santo y fuego, según el mandato del Señor Jesucristo. Esta era la experiencia normal y común de toda la primera iglesia cristiana. Con el bautismo viene una investidura de poder para la vida y el servicio y la concesión de los dones espirituales y su uso en el ministerio (Lucas 24:49; Hechos 1:4, 8; 1 Corintios 12:1–31). Esta experiencia es distinta a la del nuevo nacimiento y subsecuente a ella (Hechos 8:12–17; 10:44–46; 11:14–16; 15:7–9). 

Con el bautismo en el Espíritu Santo, el creyente recibe experiencias como la de ser lleno del Espíritu (Juan 7:37–39; Hechos 4:8), una reverencia más profunda para Dios (Hechos 2:43; Hebreos 12:28), una consagración más intensa a Dios y dedicación a su obra (Hechos 2:42) y un amor más activo para Cristo, para su Palabra y para los perdidos (Marcos 16:20).
9. La evidencia física inicial del bautismo en el Espíritu Santo
El bautismo de los creyentes en el Espíritu Santo se evidencia con la señal física inicial de hablar en otras lenguas como el Espíritu los dirija (Hechos 2:4). El hablar en lenguas en este caso es esencialmente lo mismo que el don de lenguas (1 Corintios 12:4–10, 28), pero es diferente en propósito y uso.
10. La santificación
La santificación es un acto de separación de todo lo malo, y de dedicación a Dios (Romanos 12:1, 2; 1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 13:12). La Biblia prescribe una vida de "santidad sin la cual nadie verá al Señor" (Hebreos 12:14). Por el poder del Espíritu Santo podemos obedecer el mandato que dice: "Sed santos porque yo soy santo" (1 Pedro 1:15, 16).
La santificación se efectúa en el creyente cuando este reconoce su identidad con Cristo en su muerte y su resurrección, y por fe se propone vivir cada día en esta unión con Cristo, y somete todas sus facultades al dominio del Espíritu Santo (Romanos 6:1–11, 13; 8:1, 2, 13; Gálatas 2:20; Filipenses 2:12, 13; 1 Pedro 1:5).

11. La Iglesia y su misión
La Iglesia es el cuerpo de Cristo, la morada de Dios por el Espíritu Santo, con el encargo divino de llevar a cabo su gran comisión. Todo creyente, nacido del Espíritu Santo, es parte integral de la asamblea general e iglesia de los primogénitos, que están inscritos en los cielos (Efesios 1:22, 23; 2:22; Hebreos 12:23).
Siendo que el propósito de Dios en relación con el hombre es buscar y salvar lo que se había perdido, ser adorado por el ser humano y edificar un cuerpo de creyentes a la imagen de su Hijo, la principal razón de ser de las Asambleas de Dios como parte de la Iglesia es:

(a) Ser una agencia de Dios para la evangelización del mundo (Hechos 1:8; Mateo 28:19, 20; Marcos 16:15, 16).
(b) Ser un cuerpo corporativo en el que el hombre pueda adorar a Dios (1 Corintios 12:13).
(c) Ser un canal para el propósito de Dios de edificar a un cuerpo de santos siendo perfeccionados a la imagen de su Hijo (Efesios 4:11–16; 1 Corintios 12:28; 14:12).
Las Asambleas de Dios existe expresamente para dar continuo énfasis a esta razón de ser según el modelo apostólico del Nuevo Testamento enseñando a los creyentes y alentándolos a que sean bautizados en el Espíritu Santo. Esta experiencia:
a. Los capacita para evangelizar en el poder del Espíritu con señales y milagros (Marcos 16:15–20; Hechos 4:29–31; Hebreos 2:3, 4).
b. Agrega una dimensión necesaria a la adoración y a la relación con Dios (1 Corintios 2:10–16; 1 Corintios 12–14)
c. Los capacita para responder a la plena manifestación del Espíritu Santo en la expresión de frutos, dones y ministerios como en los tiempos del Nuevo Testamento para la edificación del cuerpo de Cristo (Gálatas 5:22–26; 1 Corintios 14:12; Efesios 4:11, 12; 1 Corintios 12:28; Colosenses 1:29).

12. El ministerio
Nuestro Señor ha provisto un ministerio divinamente llamado y ordenado con el triple propósito de dirigir a la iglesia en: (1) la evangelización del mundo (Marcos 16:15–20), (2) la adoración a Dios (Juan 4:23, 24) y (3) la edificación de un cuerpo de santos, para perfeccionarlos a la imagen de su Hijo (Efesios 4:11, 16).
13. Sanidad divina
La sanidad divina es una parte integral del evangelio. La liberación de la enfermedad ha sido provista en la expiación y es el privilegio de todos los creyentes (Isaías 53:4, 5; Mateo 8:16, 17; Santiago 5:14–16).
14. La esperanza bienaventurada y arrebatamiento
La resurrección de los que han muerto en Cristo y su arrebatamiento junto con los que estén vivos cuando sea la venida del Señor es la esperanza inminente y bienaventurada de la Iglesia (1 Tesalonicenses 4:16, 17; Romanos 8:23; Tito 2:13; 1 Corintios 15:51, 52).

Es temeridad fijar alguna fecha para la venida del Señor ya sea con base en visiones, profecías o análisis personales. Mt. 24:36; Hch. 1:6-7; 2 Ts. 2:1-4.
15. El reino milenario de Cristo
La segunda venida de Cristo incluye el rapto de los santos, que es nuestra esperanza bienaventurada, seguido por el regreso visible de Cristo con sus santos para reinar sobre la tierra por mil años (Zacarías 14:5; Mateo 24:27–30; Apocalipsis 1:7; 19:11–14; 20:1–6). 

Este reino milenario traerá la salvación de Israel como nación (Ezequiel 37:21, 22; Sofonías 3:19,20; Romanos 11:26,27) y el establecimiento de una paz universal (Isaías 11:6–9; Salmo 72:3–8; Miqueas 4:3, 4).

El establecimiento del reinado de Cristo sobre todas las naciones; por mil años. Zac. 14:3-5; Ap. 19:15-16.
16. El juicio final
Habrá un juicio final en el que los pecadores muertos serán resucitados y juzgados según sus obras. Todo aquel cuyo nombre no se halle en el Libro de la Vida, será confinado a sufrir castigo eterno en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda, junto con el diablo y sus ángeles, la bestia y el falso profeta (Mateo 25:46; Marcos 9:43–48; Apocalipsis 19:20; 20:11–15; 21:8).
17. Los cielos nuevos y la tierra nueva
"Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia" (2 Pedro 3:13; Apocalipsis 21:22).

18. Desaprobación de doctrinas erróneas
Se desaprueba todo credo herético, por la confusión y división que causa en el pueblo del Señor, todos los credos que se opongan a la sana doctrina. 2 Pe. 2:1; Gá. 5:20; Tit. 2:1, 3:10; 2 Jn. 2:10.
19.   Los dones del Espíritu Santo.

Dios ha dado dones a su Iglesia para que las necesidades espirituales de la misma sean suplidas. (1ª Corintios 12:1-12 – Romanos 12:6-8).